Por Alexandre García
El pasado 15 de diciembre culminó con éxito la que hasta ahora ha sido misión más complicada en la historia de la exploración espacial china. La misión, protagonizada por la sonda espacial Chang'e-3, supone otra demostración de los inmensos logros que puede conseguir una nación antiguamente oprimida y atrasada cuando adopta la vía del socialismo. Los éxitos científicos cosechados en materia de exploración espacial por China, país que hace 60 años prácticamente estaba en la Edad Media, son en este sentido un faro de esperanza para todos los pueblos del mundo que aspiran a un desarrollo libre de las ataduras que les impone el imperialismo.
El pasado 26 de noviembre, Wu Zhijian, portavoz de la Administración Estatal de Ciencia, Tecnología e Industria, ya había anunciado que para principios de diciembre China lanzaría una sonda espacial hacia la Luna, en lo que sería la primera misión en la que China haga aterrizar una astronave en un cuerpo celeste. Anteriormente sólo Estados Unidos y la Unión Soviética habían conseguido realizar un alunizaje suave con éxito. Con el éxito de la misión Chang'e-3, China se convierte en el primer país en conseguirlo después de 30 años (el último alunizaje suave lo realizó la Unión Soviética en 1976)
Esta misión constituye la segunda etapa del programa de exploración lunar de China, tras las misiones de las sondas Chang'e-1 y Chang'e-2 en los años 2007 y 2010 respectivamente. Esta vez la nueva incluía la puesta en órbita de la sonda Chang'e-3, su alunizaje y su regreso a la Tierra. Según Wu Zhijian, más del 80% de las tecnologías empleadas en la sonda Chang'e-3, necesarias para permitir un aterrizaje suave en condiciones de baja gravedad, fueron de innovación reciente.
El éxito de esta misión permite al programa luna de China lograr progresos tecnológicos en materia de control a distancia Tierra-Luna, observación de alta precisión, desarrollo de cohetes portadores, comunicación en el espacio profundo, inteligencia artificial, robótica, nuevas energías, etc. "También hemos sentado una sólida base para la exploración futura del espacio profundo", precisó Wu.
La sonda lunar Chang'e-3, equipada de un motor de propulsión variable, diseñado por científicos chinos, capaz de generar una fuerza de entre 1500 y 7500 newtons de fuerza, se compuso de un módulo de aterrizaje y de un vehículo explorador de seis ruedas bautizado para la ocasión como "Yutu" ("conejo de jade" en mandarín). En la antigua mitología china, "Yutu" es un conejo blanco mascota de la diosa de la luna Chang'e. El nombre del vehículo lunar fue elegido a través de una encuesta en línea que recogió millones de votos de gente de todo el mundo. "Yutu", con un peso de unos 140 kilos y unas dimensiones de 1,5 metros de largo con las dos alas desplegadas, un metro de ancho y 1,1 metros de alto, tiene capacidad para alcanzar los 200 metros/hora y excavar muestras de suelo de una profundidad de 30 metros. Una vez en la Luna tuvo tuvo que enfrentarse a diferencias de temperaturas de más de 300 grados Celsius. Según anunció Ouyang Ziyuan, científico en jefe del programa de sondas lunares de China, el objetivo de "Yutu" sería el de topografiar la geología lunar, analizar sustancias de su superficie y buscar recursos naturales.
La sonda Chang'e-3 tuvo como objetivo el de aterrizar en la bahía de Sinus Iridum (también conocida como Bahía del Arco Iris) para permanecer allí 3 meses. Sinus Iridum fue elegida por ser un terreno llano que facilita la comunicación y la recepción de luz solar, aparte del interés que suponía que ningún otro país ha investigado esta zona de la Luna (las anteriores misiones de Estados Unidos y la Unión Soviética se habían centrado en el ecuador del satélite).
El plan de la misión espacial consistió en hacer descender la sonda a unos 100 metros sobre la superficie lunar, desde donde se movería horizontalmente para sortear obstáculos hasta alunizar sobre superficie plana. A diferencia de las astronaves norteamericanas y soviéticas, Chang'e-3 tiene la capacidad de evitar obstáctulos estudiando con precisión los accidentes geográficos en la zona de aterrizaje. Para ello, está equipado con sensores de alta precisión y respuesta rápida que analizan los alrededores y sus propios movimientos.
Bahía de Sinus Iridum
Según Sun Huixian, subjefe de ingeniería encargado del programa lunar, en caso de tener éxito la misión permitiría explorar in situ cuerpos extraterrestres, y añadió que la exploración espacial china no se limitaría a la Luna, sino que su objetivo a largo plazo es el espacio profundo.
Por su parte, Li Benzheng, subcomandante en jefe del programa lunar chino, añadió que el objetivo de China no es la competición con otros países, sino todo lo contrario. "Estamos abiertos en nuestro programa lunar, y la cooperación con otros países es bienvenida", anunció. "Esperamos explorar y utilizar el espacio para contar con más recursos para promover el desarrollo humano." Estas no son meras palabras. En misiones anteriores el programa espacial chino ya había mantenido una buena cooperación con otros países y organizaciones internacionales. De hecho, China compartió la información por Chang'e-1 con la Agencia Espacial Europea y otro centro de control aeroespacial adscrito a ella, y sus estaciones de telemetría, telecomando y control tomaron parte en la misión Chang'e-3. A día de hoy todos los datos recogidos por las misiones Chang'e-1 y Chang'e-2 están a disposición de los científicos de todo el mundo.
Chang'e-1 había sido lanzada al espacio el 24 de octubre de 2007, entrando en la órbita lunar después de 18 días, y aterrizando en suelo lunar el 1 de marzo de 2009. Chang'e-1 permitió la publicación en noviembre de 2008 de un holograma de la Luna, que hasta la fecha de hoy sigue siendo el más completo que existe.
La sonda Chang'e-2 se había lanzado al espacio el 1 de octubre de 2010, siendo una de sus tareas la de verificar tecnologías clave con antelación al aterrizaje suave en la Luna. A diferencia de Chang'e-1, Chang'e-2 se había lanzado directamente a la órbita lunar a bordo del cohete portador Larga Marcha 3-C (en honor a la épica proeza protagonizada por las tropas de Mao Zedong durante la revolución china), transfiriéndose de la órbita de la tierra a la órbita lunar en tan sólo 112 horas. Al llegar a una órbita circular a 100 km sobre la superficie lunar, Chang'e-2 se trasladó a una órbita elíptica más cercana tras una serie de pruebas, y tomó imágenes con una resolución de 1,5 metros (es decir, que cada píxel captura un área de 1,5 m2) de la bahía de Sinus Iridum.
La sonda Chang'e-2 logró varios hitos en la exploración espacial:
- era la primera vez que una nave espacial volaba de la órbita lunar hasta la órbita del segundo punto de Lagrange (donde la gravedad del Sol y de la Tierra equilibran el movimiento orbital de la Luna).
- era la primera vez que una nave se encontraba con el asteroide Toutatis a corta distancia, capturando imágenes con una resolución de 10 metros.
En la actualidad Chang'e-2 está a unos 60 millones de kilómetros de la Tierra y se ha convertido en el primer asteroide artificial de China en el sistema solar. Sigue volando en dirección al espacio profundo y se espera que llegue a una distancia de 300 millones de kilómetros antes de que se pierda contacto con ella.
Imágen de la sonda lunar Chang'e-2 lanzada al espacio en 2010
Volviendo a la actualidad, la sonda Chang'e-3 fue lanzada desde el centro de lanzamientos de Xichang, situado en la provincia suroccidental de Sichuan, siendo enviada al espacio exterior a bordo del cohete portador Larga Marcha 3-B. Después de que la sonda ingresara en la órbita de transferencia terrestre-lunar y desplegara sus paneles solares, Zhang Zhenzhong, director del centro, anunció en la madrugada del 2 de diciembre el éxito total del lanzamiento, y anunció el alunizaje para principios de diciembre. "Nos esforzaremos por hacer realidad nuestro sueño espacial como parte del sueño chino de revitalización nacional", agregó.
Momento del lanzamiento de Chang'e-3
El cohete Larga Marcha 3-B entró en la órbita de transferencia con relativa precisión, con un perigeo de 200 kilómetros y un apogeo de 380.000 kilómetros, necesitándose solamente dos arreglos orbitales para cumplir con los objetivos para la desaceleración cerca de la Luna y para el control orbital de seguimiento.
Sólo cabe señalar como incidente la caída de restos de la sonda sobre dos viviendas en la provincia de Hunan, sin ocasionar muertos ni heridos.
El 10 de diciembre Chang'e-3 entró en órbita más cercana a la Luna mediante una orden del Centro de Control Aeroespacial de Beijing, tras la cual la sonda descendió a 100 kilómetros de distancia de la superficie lunar en una órbita elíptica cuyo punto más cercano a la Luna estaba a 15 kilómetros de distancia. La transición se realizó sobre el lado oscuro de la Luna a las 21.30 horas del día 10 de diciembre.
A las 21.11 horas (hora de Beijing) del 14 de diciembre, Chang'e-3 alunizó suavemente en la superficie, separándose el vehículo "Yutu" en la mañana del día siguiente, que tocó la superficie lunar a las 4.35 horas, dejando un rastro profundo en el suelo.El proceso de alunizaje, que duró 12 minutos, fue realizado por la propia sonda de forma automática.
El 15 de diciembre Ma Xingrui, comandante en jefe del programa lunar chino, anunció el éxito total de la misión después de que la sona alunizara y que tanto la sonda como el vehículo explorador "Yutu" se tomaran fotografías mutuamente.
Imágen de Chang'e-3 en la superficie lunar
Momento en que el vehículo lunar "Yutu" toca la superficie lunar
El presidente de China, el camarada Xi Jinping, felicitó el éxito total de la misión desde el mismo Centro de Control Aeroespacial de Beijing. Xi y otros funcionarios estrecharon manos con los miembros del personal del Centro de Control y felicitaron a todos los participantes en la misión.
Tras el éxito de la operación, Wu Zhijian anunció que en la próxima etapa del programa lunar China contaría con más cooperación internacional., y añadió lo siguiente: "Pese a los actuales progresos, China aún se queda a la zaga de los gigantes espaciales como Estados Unidos y Rusia en muchos aspectos. Necesitamos trabajar más arduo y progresar con mayor rapidez".
Esta recientemente concluida misión supone la culminación total de la segunda fase del programa lunar de de China, que entrará en la siguiente etapa de muestreo y retorno no tripulados, que incluirá las misiones Chang'e-5 y Chang'e-6. Según anunció Wu Zhijian, está previsto que la sonda Chang'e-5, cuyo desarrollo está avanzando sin contratiempos, sea lanzada al espacio en el año 2017. "La tercera fase del programa será más difícil, ya que se deben lograr muchos avances importantes en tecnologías clave como el despegue de la superficie lunar, la encapsulación de muestreos, el encuentro y acoplamiento en la órbita lunar y la reentrada a la Tierra a alta velocidad, que son todos nuevos para China", precisó Wu.
Esta recientemente concluida misión supone la culminación total de la segunda fase del programa lunar de de China, que entrará en la siguiente etapa de muestreo y retorno no tripulados, que incluirá las misiones Chang'e-5 y Chang'e-6. Según anunció Wu Zhijian, está previsto que la sonda Chang'e-5, cuyo desarrollo está avanzando sin contratiempos, sea lanzada al espacio en el año 2017. "La tercera fase del programa será más difícil, ya que se deben lograr muchos avances importantes en tecnologías clave como el despegue de la superficie lunar, la encapsulación de muestreos, el encuentro y acoplamiento en la órbita lunar y la reentrada a la Tierra a alta velocidad, que son todos nuevos para China", precisó Wu.
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