Por Manuel Garcia. Extraído de la Joven Cuba.
Contaba el Padre de las Casas, que al llegar los conquistadores españoles a las Indias se encontraron con una tierra abundante en recursos, de convivencia sencilla, donde no les faltaba con qué comer o vestirse según sus costumbres. Se vivía en una comunidad mucho más equitativa que la española, compartiendo y simplificándose el egoísmo del ser humano, al punto incluso de que en muchas localidades caribeñas estaba permitido el divorcio e incluso existía el aborto.
Pero el civilizado y demócrata hombre europeo, cruz en mano, no tuvo la capacidad para entender aquella sociedad y aplastó al nativo con la carga que traía a sus espaldas por siglos de egoísmo medieval acumulado, guiados por el extremismo religioso y la necesidad de comer a cualquier costo en tierra extranjera (lo que no se les permitía en su país pues en España el 2 % de la población era propietaria del 95 % de la tierra).
Hoy, las élites europeas no han cambiado, sino que se amplió su sistema a los Estados Unidos donde, desde los inicios de las 13 Colonias, lejos de fomentarse el trabajo colectivo se vendió la idea competitiva de la sociedad y se acrecentaron los odios, exterminado al indio, vejando y discriminado al negro y robándole la tierra a sus vecinos (como en México), llegando siempre a la conclusión de que, cada vez que requieran algo, lo toman porque lo necesitan y el resto son daños colaterales.
Por estas razones históricas, líderes y representantes del actual sistema mundial se empeñan en desprestigiar nuestro sentido de unidad que se expresa a través de la unidad partidista… y los buenos ciudadanos de muchos países se dejan confundir por la propaganda, sin entender nuestras costumbres, historia y coyuntura actual.
La imagen de que la democracia es necesariamente pluripartidista, no pega en Cuba y la unidad de nuestro pueblo en torno al Partido Comunista no es el fruto de un sistema político, no es tan siquiera el resultado de una conclusión filosófica o interpretación de lo que debía ser el Socialismo. La unidad es, sencillamente, desde hace más de 140 años el único camino a la independencia.
El concepto viene desde la Revolución de 1868 cuando Céspedes, gracias a su inteligencia natural y sabiduría, logró unir a todos los factores de la lucha en una sola Asamblea (la celebrada en Guáimaro), y aquellos hombres de tendencias muy diversas se unieron para lograr el objetivo común: la libertad de su Patria.
Sobre ese sentido de unidad Céspedes escribiría posteriormente en su diario de campaña: “mantengamos todos la unión, la sensatez y la vigilancia contra las maquinaciones del enemigo”, clara advertencia de lo que sucedería si la división de intereses daba al traste con la unidad de la filas mambisas, algo que a partir de 1873 fue la causa de que se deteriorara paulatinamente el proceso independentista y se frustrara la Revolución.
La idea no podía dejar de ser acogida por un hombre tan integral como Martí para la organización de la epopeya de1895 a1898, y fue la base de la creación del Partido Revolucionario Cubano como ente para lograr la victoria. La vida demostró que luego, al desintegrase el mismo, fuimos entonces con la democracia pluripartidista, más antidemocráticos que nunca y bochornosamente esclavos de la Enmienda "Platt" y nuestro principal enemigo: los Estados Unidos de América.
Llegaron entonces los días más tristes de la historia de Cuba, con Batista y la última y más sangrienta tiranía que sufriera nuestra patria. Fidel Castro y el movimiento 26 de Julio, comenzaron a unir en sus filas a todos aquellos que pretendían luchar y se alejaron así de las divisiones partidistas tradicionales, retomando nuestro histórico sentido de unidad.
Posterior al triunfo revolucionario, todas las organizaciones que pretendían una mejor Cuba se unieron. En aquel entonces, el pueblo no tenía la conciencia social de hoy, pero si la misma necesidad de lograr el bien de nuestra Patria; por ello el proceso se radicalizó democráticamente hasta llegar al actual Partido Comunista.
Porque nuestra radicalización fue democrática, no lo duden. El ejemplo más fehaciente es nuestra última reforma constitucional (ocurrida en el año 2002) donde se ratificó el carácter socialista de la Revolución y el partido único. ¡Por esto votó más del 98 % de la población! ¿Qué constitución en el mundo tiene semejante nivel de aprobación? ¿No es absurdo cuando se trata de hacer creer (como muchos intentan) que más del 99 % de una nación se puede obligar a votar? Porque muchos, tratando de crear falsas opiniones insinúan que “la tiranía de los Castro” los obligó… ¿Se olvidaron del abstencionismo que hubo en Cuba cuando Batista orquestó, en pleno año 1958, la farsa de unas elecciones? ¡Y ahí si habían represiones violentas y métodos sanguinarios para coaccionar a las personas!
Lo demás que me queda es filosofía y no soy filósofo, pero la necesidad me obliga. Pluripartidismo no es señal de pluralismo. El pluripartidismo de Estados Unidos, no es pluralista porque no representa a todos los sectores de la sociedad, los dos partidos que se turnan el poder, Demócrata y Republicano, representan solo al sector económicamente más poderoso de la nación, y para llegar a ser un simple aspirante a candidato, como diría cualquier cubano: ¡habría que tener una cantidad de dinero que no la brinca un chivo!!! Fíjense que los únicos aspirantes independientes en la historia de los Estados Unidos en los últimos 20 años ¡son millonarios!! ¿No dice nada eso? ¿Dónde (y cómo) se representa el resto de la sociedad?
En Cuba, aunque exista un solo partido, hay pluralismo, porque en nuestra Asamblea Nacional lo mismo te encuentras como diputado un barrendero, un deportista, un estudiante universitario o una ama de casa. Eso no se ve en muchos lugares del mundo y muchos menos en los principales centros de poder, los mismos que nos acusan de antidemocráticos.
Cuba no está exenta de errores y en no pocas ocasiones hemos reconocido los cometidos… pero la unidad no la entregaremos, ella es nuestra principal arma estratégica y casi el 100 % de la población lo reafirmó, lo pidió incluso al aprobar nuestra última constitución. La unidad es ya parte permanente de nuestra idiosincrasia, sentido de la vida y el deber. No permitiremos otra vez que nos impongan otras costumbres, esta vez “los indios” no serán exterminados.
publicado en http://cubaconexion.wordpress.com/2012/02/04/por-que-la-necesidad-de-un-partido-unico-en-cuba/
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