17 de junio de 2011

El chantaje energético a Bielorrusia es inadmisible

Extraido de Pravda. Traducido por Josafat S. Comín.





Declaración del presidente del CC del PCFR

El gobierno ruso se comporta de un modo hipócrita en relación al que seguramente es el único aliado estratégico que nos queda, Bielorrusia. De cara al público, se lanzan declaraciones de apoyo a Bielorrusia, que actualmente se encuentra en una difícil situación. Sin embargo, acto seguido, como sin intención, se realizan pasos encaminados a complicar la situación económica en la hermana república.
El pasado 9 de junio, la compañía eléctrica “Inter EES” redujo en 2’5 veces el suministro eléctrico a “Belenergo”. El 13 de junio se restableció el suministro. Sin embargo esa drástica reducción, cuando no el corte total en el suministro eléctrico, como ha venido sucediendo en más de una ocasión a lo largo de los últimos años, tiene graves repercusiones en la economía de Bielorrusia, cuya base es la construcción de maquinaria, después de sobrevivir a los terribles años 90.

Vale la pena recordar, que Bielorrusia se consideraba el “taller de montaje” de la Unión Soviética, y las empresas de construcción de maquinaria satisfacían las necesidades de la economía de toda la URSS. Hoy día Rusia sigue dependiendo en gran medida de la producción bielorrusa, pues la producción rusa se ha visto muy afectada. Es precisamente de Bielorrusia desde donde llegan los camiones, los tractores y electrodomésticos, tan vitales para la economía de Rusia. Es precisamente Bielorrusia la que abastece a Rusia de las nuevas tecnologías que necesita para su Complejo Militar Industrial, incluyendo los dispositivos de navegación que se emplean en los sistemas satelitales. Por eso el chantaje en cualquiera de sus formas, ya sea el corte en el suministro de petróleo, gas o electricidad, no solo golpea la economía de Bielorrusia, también la de Rusia.

Cabe suponer que detrás de esta obstinación de las compañías eléctricas, están en realidad los intereses de los oligarcas rusos y los altos cargos que les sirven. En un momento en el que se ha agravado la situación económica en Bielorrusia, a la élite de Rusia se le ha despertado la esperanza de comprar a precio de saldo los sectores más rentables de nuestro aliado, empezando por sus modernas refinerías.

Sin embargo pese a todas las complicaciones que esto pueda acarrear, el gobierno bielorruso se ha negado a sacrificar los intereses a largo plazo del país, a cambio de unos beneficios momentáneos. De ahí, parece ser, viene esa repentina negativa de “Inter EES” a ampliar los plazos del vencimiento de la deuda.

El gobierno ruso no tiene problema en condonar alegremente deudas multimillonarias a países que se encuentran bajo la ocupación estadounidense, mientras prefiere hacer caso omiso a las transitorias dificultades que atraviesa su más cercano aliado.
Es esta una política que difícilmente podríamos ya calificar de buena vecindad: es impropia entre aliados. Una actitud así solo puede encontrar comprensión entre los rusófobos occidentales, que no cesan de difamar a la Bielorrusia independiente.

El PCFR manifiesta su rechazo ante esta presión económica sobre Bielorrusia, en un momento en el que nuestro pueblo hermano más necesita de nuestra ayuda y respaldo. Exigimos el cese de esa política de dos caras, capaz de emponzoñar una amistad secular entre Rusia y Bielorrusia.



Notas de la T.

Hace poco más de tres semanas el gobierno bielorruso se vio obligado a devaluar drásticamente su moneda, el rublo bielorruso, perdiendo en un día el 56% de su valor con respecto a la divisa norteamericana. El motivo principal estaría en el impacto que ha estado teniendo en la economía bielorrusa el fuerte incremento del precio del petróleo, lo que ha agravado notablemente la situación de su balanza de pagos. Las reservas del Banco Nacional han caído en picado (según el periódico “Kommersant” estas se redujeron en un 20% tan solo en los dos primeros meses del año). Mientras en Rusia, las élites oligárquicas se frotan las manos, pues entienden que están ante la mejor ocasión que han tenido nunca para hincar el diente a las tan apetecibles y rentables empresas estatales bielorrusas. El gobierno ruso se ha sumado a este ataque, exigiendo condiciones leoninas para la concesión de un crédito de 3 mil millones de dólares, y pidiendo a cambio la privatización de las empresas clave del sector energético bielorruso.
Extraña coincidencia de circunstancias la que se viene produciendo en Bielorrusia, en lo que va de año desde la fallida “revolución de colores” de diciembre: pánico en el mercado de compraventa de vehículos, déficit de algunos artículos, caída obligada de las importaciones, chantaje crediticio, explosión en el metro en la estación que se encuentra junto a la sede del gobierno, que causó la muerte de 15 personas…Espiral inflacionaria.
Parece que los grupos de poder económico y político de Rusia, tienen a la heroica república de Bielorrusia, por primera vez en muchos años, justo en el lugar con el que han estado soñando; contra la pared y agarrada del cuello.

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