Por Oleg K.
Yuri Alekséyevich Gagarin, es el primer ser humano lanzado al espacio el 12 de Abril de 1961, a bordo de la nave espacial Vostok 1.
De padre carpintero, tuvo cuatro hermanos más. Se le daba bien estudiar desde pequeño y no le arredraba el trabajo. Tras los difíciles años de la guerra, donde sobrevivió con su familia como pudo, pues su ciudad estuvo ocupada por los nazis, tras la liberación volvió a la escuela e influido por su profesor de matemáticas, que luchó en el Ejército Rojo durante la IIª. Guerra Mundial, y que le transmitió las tradiciones y la perseverancia por superar todo tipo de dificultades, le animó a que buscara y desarrollara toda su capacidad tanto intelectual como física. Gagarin trabajó de obrero moldeador en una fundición hasta 1954. En aquella época se traslada a Saratov e ingresa en el aeroclub, donde aprende a pilotar. Al año siguiente, por su cualificación solicita avanzar en el manejo de aviones en la Escuela Militar de Pilotos de Oremburgo. Allí conoce a su compañera Valentina Goricheva, su pareja. En 1957 se gradúa como piloto de caza, y en 1959 candidato a cosmonauta.
En 1960, de entre 20 aspirantes, logra ser seleccionado para salir al espacio. Tenemos que pensar las terribles pruebas a que fue sometido, físicas, psíquicas, de resistencia, de recuperación, para que pudiese resolver todas las eventualidades que pudieran surgirle durante el vuelo. En segundo lugar quedó el también cosmonauta Gherman Titov.
La epopeya
Preparados en 1961, el 12 de Abril, sienta las bases de los vuelos espaciales. Su nombre clave era en ruso, Кедр (Cedro), a bordo de la nave Vostok 1. Las dudas son muchas. En el Centro de Seguimiento todos van frenéticos, se masca la inquietud. Yuri va mentalizándose, mira meticulosamente todos los controles, respira hondo y pronuncia la primera palabra ¡Поехали!; "¡Vámonos!”. Esta sencilla palabra –Poejali- ha quedado en la memoria colectiva soviética, siendo de uso familiar como una forma de ánimo autopersonal cuando se toma una decisión.
Tras una muy fuerte sacudida vuelve a recobrar su instinto navegador “… siento sobrecargas y vibración, las aguanto bien.”. Pero pronto, vuelve a primar en él las emociones, la alegría, el éxito y gritando para superar el ruido de los motores exclama “La Tierra, la nieve, el bosque, el relieve del terreno.” Se encuentra feliz, a bordo, con su sueño realizado, ya más tranquilo pregunta socarrón: “¿Y cómo andan las cosas allí, en la Tierra?” Pleno de energía vuelve a preguntar: “Todo va perfecto, no se preocupen, ¿cómo están de ánimo ustedes?”
En una canción sobre Gagarin se dice: “¿Saben qué muchacho era él?” “Era así, un muchacho de verdad”. Una de sus primeras palabras captadas es: “La tierra es azul. Qué bonita. Es increíble.”. Comprendió la época en que vivía, tiempos de guerra fría con Occidente y advierte: “Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos”.
A las 10:20 de aquel día, Yuri en paracaídas tras abandonar la capsula espacial, descendió en la aldea campesina de Tajtarova (Siberia). Con su mono naranja es recibido en el suelo por una anciana campesina asustada, que le pregunta: “¿Vienes del espacio exterior?”, contestándola Gagarin “Ciertamente, sí”. Como la anciana a la defensiva retrocedía añadió: “Pero no se alarme, soy soviético”. Allí una vez avisada a la base le toman su primera fotografía tras la hazaña: Gagarin está de pie, sin su escafandra, el traje de cosmonauta, desabrochado. Un rostro tranquilo, sereno, cansado, los pómulos afilados, rostro de una persona delgada y agotada. Una mirada entusiasta y a la vez ensimismada. ¿Puede que aparecieran ante sus ojos los cuadros que acaba de ver desde el espacio? Uno se entera de algunos rasgos sorprendentes que tenía Gagarin, al familiarizarse con las memorias de las personas que lo conocían, al escuchar su voz, al ver sus fotografías y vídeos: dignidad, encanto, energía. Audacia, dominio de sí mismo, modestia.
La Federación Internacional de Aviación registró en mayo de 1961 el primer record mundial espacial. El vuelo de Gagarin partía a las 9 horas y 7 minutos y posándose 108 minutos más tarde. La distancia de la ruta fue de 40.868 kilómetros y 600 metros. La altura máxima del vuelo fue de 327 kilómetros. De manera que esta altura registrada como récord mundial no ha sido batida hasta ahora. Cincuenta años se mantiene el récord de Gagarin. Todas las demás naves de una plaza vuelan a una altura inferior.
Reconocida la proeza por el mundo, Gagarín durante meses recorrió las naciones en Misión de Paz, a fin de que conociesen las experiencias del viaje, en dos años viajó por 30 países. Escribió de sus experiencias en un libro Veo la Tierra, donde enjuicia este periplo con las siguientes reflexiones: “Después de haber cumplido la misión espacial me era difícil pasear por las calles de Moscú y la Plaza Roja sin que nadie se fijara en mí y sin ser reconocido. La popularidad es una cosa irreparable. Uno se ve obligado a meditar ¿a qué y a quién se debe?”. Cientos de fotografías se hizo.
Un corresponsal extranjero me pregunta: “¿No le fastidia a usted, Gagarin, esa celebridad que se ha granjeado a partir del 12 de abril de 1961? Ahora, seguir. Tiene garantizado el descanso hasta los últimos días de su vida...” Le respondí “¿Descansar?, repliqué, aquí en la Unión Soviética, todos trabajan, y las personas célebres, Héroes de la Unión Soviética y del Trabajo Socialista, lo hacen con tanta mayor dedicación. Son miles en el país, y procuran trabajar lo mejor posible, sirviendo de ejemplo a imitar por los demás”.
“Y así fue en efecto. Tras la vuelta aumentó considerablemente las pruebas y lanzamientos, vuelos, probaturas de nuevos equipos. Todos nosotros nos esforzamos en estudiar aún más. Nos dedicamos principalmente a nuestro conocimiento de los vuelos cósmicos. Seguí en el grupo de cosmonautas, dando clase y trabajando en los laboratorios, asesorando a los futuros aspirantes a cosmonautas”.
Elegido Diputado al Soviet Supremo en 1962, no dejó de trabajar en la llamada en ruso Звездный Городок, Ciudad de las Estrellas, donde se planteaba diseñar nuevos sistemas para reutilizar las naves enviadas al espacio. En 1967, participó en los primeros dos lanzamientos de las naves tipo Soyuz. Su compañero Vladimir Komarov fallece en la reentrada a la tierra. Su tumba y memoria se encuentra al lado de la muralla del Kremlin, en un monolito donde los soviéticos depositan flores en su memoria.
Yuri Alekséyevich Gagarin apasionado con sus prácticas y vuelos, fallece en uno de ellos cuando se estrelló en 1968, a los 34 años de edad.
Con el objetivo de inmortalizar la memoria de Yuri Gagarin, la ciudad de Gzhatsk en la región de Smolensk recibió el nombre de Gagarin. El nombre de Gagarin también lo lleva la Academia de aviación militar en Mónino.
También existe la beca “Yu.А. Gagarin” para los estudiantes de las academias militares de aviación. La Federación Internacional de Aviación ha instituido una medalla en honor a Yuri Gagarin. El Centro Estatal de Investigación Científica y Pruebas de Rusia para la preparación de cosmonautas, también lleva el nombre del cosmonauta, así como varias instituciones de enseñanza, plazas y calles de muchas ciudades del mundo. Existen monumentos a Gagarin en Moscú, en la ciudad de las Estrellas, en Sofía y, desde abril de 2011, en Londres y Montevideo. El nombre del primer cosmonauta lo llevan también un cráter de la Luna y un planeta menor.
El poeta estadounidense William Carlos Williams, dos días después del vuelo escribió:
Tacón y punta hasta el fin
Gagarin declara, en éxtasis,
que pudo haber
continuado para siempre
flotó
comió y cantó
y mientras emergía de aquellos
ciento ocho minutos fuera de
la superficie de
la Tierra estaba sonriendo
Entonces volvió
a ocupar su lugar
entre el resto de nosotros
de toda aquella división y
sustracción una medida
punta contra tacón
tacón y punta sintió
como si hubiera
estado bailando
me imagino la experiencia que paso Yuri y mas sabiendo que iba a ser el primer hombre en hacerlo.
ResponderEliminaryo no creo que me hubiese animado.. mas que viajar como turista con Vuelos a Iquique o a otros destinos no hago.. así que me llena de orgullo cuando veo que hay personas que se animan a todo