17 de marzo de 2011

Reflexiones sensatas acerca de las “Represiones de masas”


Por Pável Krasnov. Traducido por Marina Svetlova


Para demostrar que “el rey está desnudo”, no es preciso ser un sastre profesional. Es suficiente tener ojos y no temer pensar, aunque tan sólo sea un poco. Después de reiteradas falsificaciones de la Historia, jactándose de metódicas estadísticas obtusas que “demuestran” cualquier cosa, la gente ya no cree en nada. Por ello no voy a molestar al lector con unos cálculos estadísticos, sino simplemente me voy a dirigir al sentido común.

Hablando de las represiones que tuvieron lugar en tiempo del gobierno de Stalin, la propaganda antisoviética afirma lo siguiente:

  • Los fascistas aniquilaban a los pueblos extraños y los comunistas, al suyo propio.
  • 20 millones de caídos en la guerra contra los alemanes, veinte en la guerra contra su propio pueblo.
  • Fueron fusiladas 10 millones de personas.
  • 40, 50, 60 y hasta 120 (¡!) millones pasaron por los campos de trabajos forzosos.
  • Prácticamente todos los arrestados fueron inocentes, les encarcelaban a causa de que la madre arrancaba 5 espiguitas en el campo para sus hambrientos niños o se llevaba una bobina de hilos de la fábrica y recibía por ello 10 años.
  • Casi a todos los arrestados juntados en los campos de trabajos forzados, fueron llevados a la construcción de canales y talas de bosques, donde la mayoría de los reclusos se murieron. Hasta los más declarados “gulagniks” reconocen que hasta aproximadamente los años 33-35 no existían ni indicios de la existencia de ningunas “represiones masivas” y que terminaron éstas en el 53. Es decir, teniendo en cuenta la Guerra, los mencionados acontecimientos ocurrieron en 15-20 años.
  • Cuando se pregunta por qué el pueblo no se sublevó cuando lo estaban exterminando, suelen contestar: “El pueblo no lo sabía”. Además, el hecho de que el pueblo no sospechaba de la escala de las represiones, lo afirman no solo prácticamente todas las personas que vivieron en aquella época, sino las múltiples fuentes escritas.
  • En relación con ello, tiene sentido señalar unas cuantas importantes preguntas que no tienen no solo respuestas inteligibles, sino absolutamente ninguna.

¿De dónde surgió tan inverosímil cantidad de reclusos? Es que…, 40 millones de presos equivalen a la población de Ucrania y Bielorrusia de aquellos tiempos juntos, o a toda una población de Francia, o a toda la población urbana de la URSS de entonces. El hecho de la detención y destierro de miles de inguches y chechenos fue notado por los coetáneos de la deportación como un acontecimiento chocante, que es comprensible. ¿Por qué entonces el arresto y el transporte de cantidades muchas veces mayores de gente no fueron percibidos por testigos oculares? Durante la célebre “evacuación al este”, en los años 40-42, fueron transportados a la profunda retaguardia 10 millones de personas. Los evacuados vivían en las escuelas, en viviendas provisionales, en las familias, dondequiera. Este hecho recuerda toda la generación mayor. Aquellos eran 10 millones, ¿qué pasa entonces con los 40, 50, etc. millones? Es que al año debían de arrestarse y transportarse a alguna parte, como mínimo, 2-3 millones de personas; además, ¿estas personas debían de acumularse en alguna parte?

Casi todos los testigos oculares de aquellos años señalan una traslado de masas a los trabajos en las construcciones de los presos alemanes, que no pudieron pasar desapercibidos. El pueblo recuerda hasta ahora que, por ejemplo, “ese camino fue construido por los presos alemanes”. En el territorio de la URSS hubo cerca de 3 millones de presos, que era mucho, y el hecho de actividades de tan grande cantidad de personas no se podía pasar desapercibido. ¿Qué decir entonces de cantidad de reclusos de aproximadamente 10-20 veces mayor? Tan solo el hecho de traslado y trabajos en las unidades de construcción de tan inverosímil cantidad de presos debía de conmover a la población de la URSS. Aquel hecho hubiese pasado de boca en boca, incluso pasadas décadas. ¿Ocurrió algo así? Pues, no.

¿Cómo se podía transportar a las regiones lejanas, con ausencia de caminos practicables, tan enorme cantidad de gente? y ¿qué tipo de transporte, asequible en aquellos años, fuese utilizado para ello? La construcción en escala de caminos en Siberia y el Norte comenzó mucho más tarde. El traslado de enormes, multimillonarias (!) masas humanas a través de la taiga y sin caminos es irreal en general: no existe ninguna posibilidad de abastecerles durante el camino de muchos días.

¿Dónde se alojaban los reclusos? Se supone que en barracas ya que es poco probable que alguien construyese en la taiga unos rascacielos para los presos. Sin embargo, hasta un gran barracón no puede cobijar más personas que un ordinario edificio de cinco pisos, es por ello que se construyen edificios de muchos pisos; y 40 millones son 10 ciudades del tamaño de Moscú de entonces. Inevitablemente debían haber quedado huellas de unas gigantescas colonias. ¿Dónde están? En ninguna parte. Y si separar tal cantidad de presos entre una enorme cantidad pequeños campamentos, ubicados en zonas poco poblados y de difícil ascenso, entonces sería imposible de aprovisionar. Además, los gastos de transporte, tomando en cuenta la falta de caminos practicables, serían inimaginables. En el caso de haberles alojado cerca de los caminos y en unas localidades grandes, toda la población del país enseguida se hubiese enterado de la enorme cantidad de presos. En efecto, alrededor de las ciudades debieran de haber una gran cantidad de construcciones muy específicas que no hubiese sido posible pasar desapercibidos ni confundidas con otras cualquiera.

El célebre Canal del Báltico lo edificaron 150 mil presos, el centro hidráulico de Kírov, 90 000. El que esas unidades estaban construyéndose por unos presos, lo sabía todo el país. Y esos números no son nada comparados con las decenas de millones. Las decenas de millones de “presos-esclavos” debían de dejar después de ellos unas construcciones ciertamente ciclópicas. ¿Dónde están sus obras y cómo se llaman? Preguntas, a las que habrá respuestas, se puede continuar.
¿Cómo se abastecían tan enormes masas de gente en unas regiones lejanas y de difícil acceso? Incluso si imaginamos que a los reclusos les alimentaban según las normas de Leningrado en bloqueo, para el aprovisionamiento de los presos haría falta, como mínimo, unos 5 millones de kilos de pan al día, que es igual a 5000 toneladas. Y eso, en el caso de que la guardia no comiese ni bebiese nada y tampoco necesitase el armamento ni los uniformes.
Quizás todos hayan visto las fotos del célebre Camino de
la Vida: una línea infinita de camiones de 1,5 y 3 toneladas de carga, prácticamente el único medio de transporte de aquellos años, aparte del ferrocarril (los caballos no podían considerarse un medio de transporte en aquellas condiciones). La población de Leningrado en bloqueo contaba con cerca de 2 millones de personas. El camino a través del lago Ládoga es de aproximadamente unos 60 kilómetros, pero el transporte de cargas, incluso a la distancia tan corta, se convirtió en un problema muy serio. Y no lo fue por los bombardeos alemanes: los nazis no consiguieron interrumpir el aprovisionamiento de la ciudad ni por un día. Desgraciadamente, la capacidad de tráfico de un camino vecinal (como lo era en realidad el Camino de la Vida) es baja. ¿Cómo entonces se imaginan los partidarios de la hipótesis de las “represiones masivas”, el abastecimiento de unas 10-20 ciudades del tamaño de Leningrado, ubicadas a cientos y miles de kilómetros de los caminos más cercanos? ¿De qué manera se llevaban los productos del trabajo de tanta cantidad de presos y qué medio de transporte, asequible en aquellos tiempos, se utilizaba para esos fines? Se puede esperar las respuestas, no las habrá.

¿Quiénes arrestaron tan monstruosa cantidad de personas, y qué cantidad de fuerzas operativas se necesitaron para ello? Es que, simplificando, estando en guardia, uno está vigilando a los cinco, pero a la hora del arresto, al revés, los cinco deben detener a uno.

¿Y dónde se instalaban los detenidos? Los detenidos raras veces se sostienen junto con los que purgan, para este fin existen unos aisladores de primera instancia especiales. Sostener a los arrestados en unos edificios ordinarios está prohibido: hacen falta unas condiciones especiales; por lo tanto, en cada ciudad debían de construirse en grandes cantidades unas cárceles de instrucción, calculadas para unas decenas de miles de detenidos cada una. Esas construcciones debían de ser de unos tamaños monstruosos, ya que incluso en la famosa Butyrka se mantenían máximo 7000 reclusos. Hasta si imaginásemos que la población de la URSS fuese atacada por una repentina ceguera y no se diera cuenta de esas gigantescas prisiones, porque una cárcel es una cosa que no puedes esconder, ni transformar imperceptiblemente en otras construcciones. ¿Qué han sido de éstas entonces después de la muerte de Stalin? Después del golpe de estado de Pinochet hubo que concentrar 30 mil de los arrestados en unos estadios. A propósito, ese mismo hecho enseguida se dio cuenta todo el mundo. Ni que decir de unos supuestos millones de presos. A la pregunta “¿Dónde entonces están las fosas comunes de los inocentes asesinados?” ustedes no van a recibir absolutamente ninguna respuesta inteligible. Después de la histeria de la Perestroika, hubiera sido legal el descubrimiento de los lugares secretos del entierro masivo de los millones de víctimas, en aquellos lugares debieran de instalar unos obeliscos y monumentos, pero no existen ni indicios de su existencia. El hecho de unos asesinatos masivos y de unos entierros a tan gran escala es imposible de ocultar. Por ejemplo, los entierros en Babi Yar se conocen ahora en todo el mundo, y sobre ese hecho de la exterminación masiva del pueblo soviético por los fascistas en seguida lo supo toda Ucrania. Según las diferentes valoraciones, ahí fueron exterminados de 70 a 200 mil personas. Naturalmente, si no ha sido posible ocultar el hecho del fusilamiento y del entierro de tal calibre, ¿qué se puede decir de unos números 50-100 veces mayores?
Una ilustración muy sencilla: se conoce con certeza que en
la II Guerra mundial cayeron 8 millones de soldados soviéticos, y que en total por el Ejército Soviético pasaron en aquellos años cerca de 30 millones de personas. En cualquier familia soviética hay familiares cercanos, - como regla general, hasta varios, - que militaron en el Ejército Soviético en los años de la Gran Guerra Patria. En la mayoría de las familias, alguno de los familiares pereció en la frente ¿Habrá pasado algo semejante con las “represiones masivas”?, pues los números ahí son mucho mayores. ¿Habrá en cada familia un fusilado y varios encarcelados? Queda ridículo hablar de ello.

Considero que los hechos y reflexiones arriba mencionados, son más que suficientes. Nadie consiguió refutarlos. Incluso, si alguno de los citados hechos hubiese posible explicar de alguna manera, trayendo por los pelos los datos, no sería posible explicarlos todos en conjunto. Realización simultánea, ya no digamos de todas, sino ni siquiera de una parte de las condiciones, de las que hemos hablado, es imposible en principio.

Unos números de tan enorme escala no fueron escogidos por los falsificadores por casualidad. Estos números no solo chocan a uno, causando unas fuertes emociones, sino le desconectan de la capacidad crítica. La víctima de las manipulaciones no es capaz de pensar que sea posible mentir así. ESTA MENTIRA ERA AMPLIAMENTE UTILIZADA POR LA PROPAGANDA NAZI. Está bien conocido por los psicólogos que para una persona media, todo lo que supera aproximadamente unos 100 mil, pertenece a la categoría del “muy mucho”. Por eso, si le dirán que hayan perecido cien millones, podrá creerlo del todo, porque en su vida cotidiana no hace uso de números grandes.

Pável Krasnov

Continuación:

¿Cuál era el riesgo de encontrarse en GULAG?

P.S. Este artículo fue publicado hace más de 7 años; a lo largo de este tiempo fue publicado, por lo menos, cientos de veces en Internet, en la prensa periódica e incluso en las octavillas. Su autor participó en una incontable cantidad de discusiones públicas y contestó a muchos centenares de cartas. Años de polémica particular y más de un año de una extensa discusión pública en la Red demostraron que incluso unas sencillas y lógicas reflexiones, basadas en sentido común, alcanzable para todos, hacen ver, de forma irrefutable y simple, que los partidarios de la hipótesis de las “represiones” no solo no tienen nada que objetar al asunto, sino no tienen que replicar nada en absoluto.

Resulta interesante que la así llamada “inteligencia” (los intelectuales en Rusia.- N. de la T.) está sagradamente convencida en la existencia de unos ciertos documentos extraordinarios que demuestran unas “represiones de decenas de millones” de personas. Al autor le han prometido ya cientos (¡!) (tal vez, ya hasta miles) de veces a presentar esos documentos, pero aquello siempre terminaba de la misma manera: el oponente o bien desaparecía, o bien comenzaba a contar unas auténticas barbaridades clínicas.

Sin embargo, al contrario, los documentos reales, con los cuales opera la auténtica ciencia histórica, de una manera clara rebaten a los falsificadores de nuestra Historia. Están publicados los datos de los archivos y de la Estadística Estatal , expuestos a la atención y comprobación de todo el mundo. El que lo desea, puede verificarlos según las obras científicas de Zemskov y Mozójina.

Статистика деятельности органов Государственной Безопасности 1921-1940 гг.

Статистика деятельности органов Государственной Безопасности 1941-1953 гг.

Hay que mencionar aun otro momento: con frecuencia, la citación de los datos de la Estadística Estatal provoca una histeria del oponente, junto con la exigencia de rechazar los documentos como no merecedores de confianza. Es que, ¿será posible que los “malditos bolcheviques” tengan unos datos fidedignos?, todo es una falsificación. Ese truco está destinado a los ignorantes, para los que lo mismo es hacer un añadido falso en una tienda o falsificar unos datos la Estadística de más alto nivel.

Como especialista con bastante experiencia en el manejo de los datos estadísticos y su procesamiento, aclaro lo siguiente: la Estadística de cualquier Estado funciona de la siguiente manera: los datos se suministran por el nivel más bajo, y los niveles superiores tan solo los procesan y suman. Los niveles superiores, ciertamente, pueden alterar los datos, pero, por medio de las comprobaciones cruzadas, los estafadores pronto y fácilmente serían detenidos. De ese modo funcionan auditores de todo el mundo. Con aquellos que sostienen que en GULAG no se llevaba ninguna estadística, hay que comportarse precisamente como con unos idiotas y estafadores. Cualquier persona que tenga relación con el trabajo incluso de una impresa mediana y no de un enorme Estado, dirá que el trabajo sin el registro de datos reales sobre el desplazamiento de los recursos humanos y (corrientes materiales) es imposible en principio.

Si cabe imaginar que los datos estadísticos de Estado pueden ser falsos, entonces habría que hacer una suposición bárbara de que absolutamente todas las organizaciones tipo GULAG, al prever, con 50 años de antelación, que habría que inducir al error a los investigadores, llevaban una contabilidad por partida doble, destruyendo más tarde, todas a la vez, los datos auténticos. Está claro que esta imagen, inducida al principio, es un fraude; la falsedad y su engrandecimiento, podría envidiar al mismo Goebbels. Se puede decir que en la Historia de Rusia actual han ganado Resun y Goebbels juntos. Con la verdad lo que se ha contado, no tiene ninguna relación.

La dirección del artículo: http://www.rusproject.org/pages/analysis/analysis_3/represspec.html

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