30 de junio de 2023

Feminismo, género y discurso de clase

Por Meili Yueguang, publicado en el blog, el territorio del lince.

He vuelto a mi país tras terminar el máster en España y he visto, en su estreno, la película "Shen Jilan" que relata la historia real de una mujer trabajadora. Yo había oído a mi madre este nombre alguna vez y cuando murió, en junio de 2020, todo el país se conmovió. Tenía 91 años. Shen Jilan está considerada en China como la pionera del movimiento de liberación de la mujer.

No, no al estilo occidental, por supuesto. Era una mujer trabajadora y cuando en 1951 se creó en el pueblo donde vivía, Xigou, provincia de Henan, una cooperativa de producción agrícola fue elegida vicepresidenta. Lo primero que hizo fue movilizar a las mujeres para que participaran. Lo segundo, pelear con los miembros masculinos para que las mujeres tuviesen los mismos derechos que los hombres y los mismos salarios. Pronto creó un grupo de ayuda mutua en la que se integraban hombres y mujeres e impulsó la creación de la primera cooperativa de producción que hubo en China. Y fue quien propuso que la Constitución incluyese la fórmula "a igual trabajo, igual salario" entre hombres y mujeres, que está recogido desde 1954.

Todas las mujeres chinas de hoy debemos agradecer a Shen Jilan su tesón y su esfuerzo. El estatus de la mujer en China hoy en día, y el grado de participación de la mujer en el trabajo social no solo son mucho más altos que en Japón, Corea del Sur y otros países del círculo cultural de Asia oriental, sino también más altos que en la mayoría de los países capitalistas desarrollados. Este es el mérito del movimiento de liberación de la mujer socialista representado por Shen Jilan

El movimiento feminista en la historia se desarrolló junto con la formación del modo de producción capitalista. La primera ola de movimientos feministas se centró principalmente en mujeres de clase media y querían luchar por los mismos derechos políticos y estatus legal que los hombres. Esto es feminismo liberal.

La lucha por este tipo de derechos civiles para personas del mismo sexo es el significado de la revolución burguesa, pero las diferencias de clase y los antagonismos detrás de los derechos civiles para personas del mismo sexo han sido encubiertos en este movimiento. Es decir, no sólo la distinción hombre/mujer, sino también las oposiciones hombre burgués/hombre proletario, y mujer burguesa/mujer proletaria. Este antagonismo estructural de clase es más fundamental que el antagonismo biológico natural entre hombre y mujer.

Shen Jilan, Wu Guixian, Guo Fenglian, Hao Jianxiu, Qi Guizhi son algunas de las mujeres que ya están en la historia de mi país porque rompieron la sociedad tradicional impuesta a las mujeres. Rompieron roles y estereotipos de género; no solo salieron de la familia, sino que rompieron el monopolio masculino del poder político, y algunas incluso llegaron a ser líderes del partido y del país.

 

En esos años, apenas logrado el triunfo revolucionario, en las condiciones de la economía campesina tradicional en las zonas rurales, el padre, como cabeza de familia y principal fuerza de trabajo, tenía el poder económico de la familia y el control sobre las mujeres y los niños, y las mujeres estaban atadas a la familia y eran incapaces de liberarse. Con el desarrollo del movimiento cooperativo agrícola, el trabajo de las pequeñas familias individuales se transformó gradualmente en trabajo social, el poder económico del padre se rompió y el patriarcado rural profundamente arraigado comenzó a desintegrarse. Eso no hubiera sido posible sin mujeres como Shen Jilan.

Pero en las décadas de 1980 y 1990, con la influencia de la ideología liberal y la ola de "desrevolucionarización", el movimiento de liberación de la mujer también sufrió muchas críticas y acusaciones. Estas acusaciones incluyen principalmente varios aspectos: se critica por ignorar la subjetividad de las mujeres, es decir, la liberación de las mujeres no es el resultado de los propios esfuerzos de las mujeres, sino que el estado les ha facilitado eso; se critica por encubrir las cuestiones de género con un discurso de clase. 

Esto es la influencia del feminismo liberal occidental que ignora el papel activo de la mujer en el proceso de revolución y construcción china. Este movimiento critica al Partido Comunista de China y al estado socialista con acusaciones como “patriarcado socialista” o “feminismo estatal”. Eso no es así. El Partido Comunista de China nunca considera a las mujeres como objetos pasivos de la revolución, sino que enfatiza la subjetividad e iniciativa de las mujeres y enfatiza que la liberación de las mujeres "la adquieren las mujeres con su propia fuerza en la lucha". Las mujeres que eran las más oprimidas en la antigua sociedad siempre han sido participantes profundas en la revolución social china, y el movimiento de liberación de la mujer ha sido una parte integral de la revolución china de principio a fin. Shen Jilan es solo un ejemplo de ello.

La crítica que se hace en Occidente al feminismo chino habla de la "des-generización" de las mujeres, es decir, se considera a la mujer como una existencia esencial, una "categoría fija opuesta al hombre". Se ignoran las diferencias entre las mujeres debido a las diferencias en regiones, culturas, clases y otros factores, y construyen un estándar femenino unificado; este estándar femenino unificado cae claramente en el patrón de la cultura patriarcal del capitalismo. De hecho, esencialmente convierten algunas de las características de género de las mujeres de élite de clase media en la esencia general de las mujeres: el discurso de las mujeres siempre utiliza implícitamente a las mujeres de clase media como base de la imaginación del sujeto femenino.

En Occidente las principales beneficiarias del movimiento de liberación de la mujer han sido mujeres de élite de clase media que han recuperado su voz. Se ha descartado la idea de la gloria del trabajo manual, y se ha relegado a la mujer trabajadora a una imagen de fondo. Las mujeres de élite de clase media desdeñan asociarse con mujeres trabajadoras que realizan trabajos manuales, necesitan "desempeñarse con una identidad de género" para trazar una línea desde abajo y mejorar su estatus social.

Esto también ha pasado en China después de la década de 1990. Este énfasis en la llamada "feminidad" fue rápidamente absorbido por la nueva cultura del consumismo. La imagen de la mujer trabajadora como símbolo de la liberación de la mujer ha sido deconstruida y reemplazada por la imagen de una mujer de clase media joven, hermosa y consumidora. Esta imagen femenina significa que las mujeres tienen que moldear sus cuerpos, y su temperamento de acuerdo con la mirada y los estándares estéticos masculinos, y volver a cosificarse y sexualizarse a los demás.

La relación entre el patriarcado y la propiedad privada es uno de los temas centrales discutidos por los círculos académicos feministas occidentales después de la Segunda Guerra Mundial. Distintas escuelas de pensamiento feminista han criticado el llamado "monismo de clase" del marxismo en temas de mujeres. Por ejemplo, el feminismo radical considera que la diferencia en la estructura fisiológica de hombres y mujeres es la causa fundamental de la opresión de la mujer y aboga por reemplazar el "monismo de clase" por el "monismo de género"; el feminismo socialista se opone tanto al "monismo de clase" marxista tradicional como al feminismo radical. El "monismo de género" del feminismo plantea el concepto de "dualismo" entre clase y patriarcado, mientras que el feminismo posmoderno, que está profundamente influenciado por los pensamientos posmodernos, disipa fundamentalmente el concepto esencialista de clase y género, y cree que el género y la clase están todos construidos dentro de un cierto paradigma discursivo. Estas tendencias de pensamiento y puntos de vista también han tenido amplias repercusiones en China. 

Pero la crítica a la visión marxista de las mujeres por parte del pensamiento feminista occidental es insostenible: mientras que el marxismo atribuye la opresión de género a la opresión de clase, no niega la particularidad de la opresión de género; se considera como la premisa de la liberación de género y no significa que la liberación de género sea el resultado natural de la liberación de clase. Después de completar la liberación de clases, los pensamientos patriarcales de larga data y los malos hábitos en la sociedad de propiedad privada no se pueden erradicar por completo de la noche a la mañana, y la discriminación sexual explícita o implícita contra las mujeres todavía existe.

Durante el Movimiento de Liberación de la Mujer en China, aunque las mujeres salieron ampliamente de la familia y participaron en el trabajo social y público, los roles tradicionales de género en la familia y la carga especial de las mujeres no han cambiado por completo. Muchos hombres todavía se niegan a hacer las tareas del hogar.

Separar el tema de género del tema de clase y convertirlo en un tema de “identidad” que no tiene nada que ver con la clase es perjudicial. Tras la desaparición de la visión de clase, la estructura social opresiva que oprime y restringe a las mujeres se oscurece intencionalmente o no. La liberación de la mujer deja de ser una lucha contra las estructuras sociales desiguales y se convierte en una lucha contra los hombres. Este tipo de lucha está destinado a ser impotente e ineficaz, y su desempeño es mayor que su efecto real. El problema no son hombres/mujeres, sino hombres/mujeres dentro de una determinada estructura de clases sociales.

Eso también está pasando en China todavía hoy. En el campo, la desintegración del trabajo productivo colectivo permitió que la familia volviera a ser la unidad organizativa de la producción. En las ciudades, con la transición del sistema de unidades de trabajo al moderno sistema empresarial, bajo el lema de que “las empresas no pueden dirigir la sociedad”, las funciones “sociales” originalmente atribuidas a las empresas estatales como escuelas, hospitales y guarderías han desaparecido. En otras palabras, la función de reproducción social ha regresado de la empresa/Estado a la familia/individuo. Especialmente después de 1998, las reformas orientadas al mercado en los campos de la educación, la atención médica y la vivienda trasladaron todas las responsabilidades que debería haber asumido el estado a través de los servicios públicos a las familias pequeñas individuales. La expansión de las funciones familiares ha traído de vuelta la tradicional división del trabajo por género, y hay un sinfín de llamamientos para que "las mujeres regresen a la familia".

Al mismo tiempo, con la profunda penetración de los principios del mercado en las relaciones sociales humanas, el cuerpo y la sexualidad de las mujeres se han visto gravemente alienados en la estructura de poder dominada por el capital, y el acoso sexual y la agresión sexual en el lugar de trabajo se han convertido en problemas cada vez más graves.

Enfrentando el daño hecho a las mujeres por el mecanismo del mercado neoliberal, las feministas contemporáneas casi se quedan sin palabras. El feminismo contemporáneo, que ha abandonado la visión de clase, en su momento mostró una apariencia muy "radical", pero esta "radicalidad" solo se refleja en una especie de retórica y performance exagerada, y se manifiesta en la opinión pública que viola la "corrección política". Esta típica lucha de "políticas de identidad" no puede revelar las raíces sociales detrás de la opresión de género, ni puede formar una resistencia colectiva efectiva al patriarcado.

Mirando hacia atrás, Shen Jilan, que aparece como una imagen "vieja" en el entorno de élite contemporáneo, representa precisamente a una "feminista pionera" de vanguardia. No solo persigue la independencia económica y la liberación de la mujer, sino que también se opone a la imagen estereotipada de la mujer construida por la sociedad patriarcal, mostrando el valor de supervivencia independiente de la mujer y evitando la "sexualización" y la "cosificación" de la mujer. En un momento en que los derechos de la mujer están siendo seriamente cuestionados, tal vez deberíamos explorar y heredar el legado del movimiento de liberación de la mujer socialista representado por Shen Jilan.


Enlace original:

http://elterritoriodellince.blogspot.com/2023/06/feminismo-genero-y-discurso-de-clase-he.html?m=1

22 de junio de 2023

LAS RAÍCES DEL MAL DEL FASCISMO NOS OBLIGAN A LUCHAR CONTRA SU VIOLENCIA Y SU BARBARIE, BERTOLT BRECHT..

El 22 de Junio de 1941, tuvo lugar la invasión fascista de la URSS. Todos los países de Europa ocupados por los nazis, o neutrales ayudaron al imperialismo alemán para borrar al país de los soviets. Seis años antes Bertolt alertaba de esa oscura trama contra la cultura y el ser humano. Enseñando que cuando el imperialista necesita de esclavos recurre al fascismo.

Por Esteban Zúñiga

"Aquellos que están en contra del fascismo, sin estar en contra del capitalismo, que se lamentan de la barbarie originada por la barbarie, se parecen a aquellas personas, que quieren comer su ración de ternera, pero sin que haya que degollar la ternera. Quieren comer la ternera pero no ver la sangre. Se contentarán con que el carnicero se lave las manos antes de servirles la carne. No están en contra de la situación creada por la barbarie respecto de la propiedad, sólo en contra de la barbarie. Levantan su voz contra la barbarie, y lo hacen en países donde impera la misma situación económica, pero donde los carniceros todavía se lavan las manos antes de servirle la carne." 
(Bertolt Brecht. "Las cinco dificultades para escribir la verdad". 1934).
 
Ante la amenaza y el auge del terror y la violencia fascistas contra los trabajadores que asolaba a Europa en la primera parte de los años 30 del siglo pasado, el 21 de junio de 1935 -siguiendo el ejemplo del Primer Congreso de Escritores Soviéticos celebrado en Moscú en los meses de agosto y septiembre de 1934- se inauguraría en la Sala de la Mutualité de París, el Primer Congreso Internacional para la Defensa de la Cultura, que finalizaría el 25 de junio. Un evento cultural y político en el que participarían doscientos treinta delegados provenientes de treinta y ocho países.
 
El 23 de junio, intervendría el poeta y dramaturgo comunista alemán Bertolt Brecht, incidiendo en que si bien era muy importante defender la cultura, era muchísimo más importante y decisivo la defensa de los hombres:
 
"Compadezcámonos de la cultura, ¡pero compadezcámonos primero de los hombres! La cultura estará salvada, si los hombres se salvan."
 
Llamando la atención de los asistentes de que no valía sólo con condenar las políticas antisociales y brutales del fascismo, sino lo que estaba en juego era el presente y el futuro de la humanidad, por lo que había que reflexionar sobre las "raíces del mal", y quienes eran los agentes causantes. 
 
Lanzando en su arenga un llamamiento a la lucha contra el capitalismo, al que significaría como el origen mismo del fascismo, al poner en solfa las relaciones de producción y la propiedad de los medios de producción:
 
"¡Camaradas, hablemos de las condiciones de propiedad!".
 
BERTOLT BRECHT
 
UNA ACLARACIÓN NECESARIA PARA LA LUCHA CONTRA LA BARBARIE FASCISTA.
Fragmento del discurso en el Primer Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura.
París, 23 de junio de 1935.
(Fuente: Manuel Aznar Soler. "Iº Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. París, 1935").
 
"(...) Los escritores que sufren en carne propia o ajena el horror del fascismo y son presa del pánico, no están en condiciones, sin más que esta experiencia y este pánico, de combatir esta abominación. Tal vez muchos crean que basta como describirla, sobre todo si un gran talento literario y una cólera auténtica hacen el relato penetrante. En realidad, este tipo de relatos son importantes. Aquí ocurren atrocidades. Esto no puede ser. Se golpea a las personas. Esto no ha de ocurrir. (...)
 
Tal vez habrá quien pegue un salto, esto no es tan grave. Pero luego viene aquello de atajar de un golpe y esto ya es más grave. Ha estallado la cólera, el adversario está señalado, pero ¿cómo derribarlo?
 
El escritor puede decir: Mi cometido es denunciar la injusticia, y puede dejar a cargo del lector el cuidado de acabar con ella. Pero luego el escritor hará una experiencia singular. Se dará cuenta de que la cólera, como la compasión, es algo masivo, algo que existe en cantidad y puede agotarse. Y lo peor del caso: se agota en la medida en que se hace más necesaria. 
 
Algunos camaradas me han dicho: cuando referimos por primera vez que nuestros amigos eran sacrificados, hubo un clamor de horror y se ofrecieron muchas ayudas. Entonces hubo cien muertos. Pero cuando fueron mil y la carnicería no tenía fin, cundió el silencio y cada vez hubo menos ayuda. Así son las cosas: "Cuando los crímenes proliferan, se hacen invisibles". Cuando las penas se vuelven insoportables, ya no se oyen clamores. Un hombre es golpeado y el espectador de la escena se desmaya. 
 
Claro que es natural. Cuando llega el crimen, como la lluvia que cae, ya nadie grita entonces "alto".
 
(...) ¿Cómo remediarlo? ¿No existe el medio de impedir al hombre que vuelva la cara ante la abominación? ¿Por qué vuelve la cara? Vuelve la cara porque no ve ninguna posibilidad de intervenir. 
 
El hombre no se detiene en el dolor del otro si no puede ayudarle. Uno puede detener el golpe, si sabe cuándo cae y hacia dónde y por qué, y para qué cae. Y si uno puede detener el golpe, si existe alguna posibilidad, por pequeña que sea, de detenerlo, entonces puede sentir compasión de la víctima. De no ser así, también se puede sentir compasión, pero no por mucho tiempo, en todo caso no durante todo el tiempo que silban los golpes sobre la víctima. 
 
Por tanto: ¿Por qué cae el golpe? ¿Por qué se arroja la cultura por la borda como un lastre, aquellos restos de cultura que nos quedan? ¿Por qué la vida de millones de seres, de la mayoría de seres, están tan depauperada, despojada, semi o totalmente destruida?
 
Algunos de nosotros responden a esta pregunta diciendo: por salvajismo. Creen estar viviendo una terrible erupción en una gran parte de la humanidad, cada vez mayor, un fenómeno horripilante sin causas aparentes, que aparece de repente y tal vez, es de esperar, desaparezca también de repente, el desbordamiento impetuoso de una barbarie largo tiempo sofocado o adormecido, de naturaleza instintiva.
 
Los que responden así, se dan cuenta, naturalmente, ellos mismos, de que tal respuesta no alcanza lo suficiente. Y también se dan cuenta de que no se puede dar al salvajismo visos de fuerza natural, de potencia invencible de los infiernos.
 
Hablan también de negligencia en la educación del género humano. Algo se desatendió en este sentido o no puede hacerse con las prisas. Ahora hay que recuperar lo perdido. Contra el estado salvaje hay que implantar la bondad. Hay que evocar las grandes palabras, los conjuros que ya en una ocasión prestaron ayuda, los conceptos imperecederos: amor a la libertad, dignidad, justicia, cuya eficacia está históricamente garantizada. Y emplean los grandes conjuros. 
 
¿Qué sucede? A la alusión de que el fascismo es salvaje responde éste con el elogio fanático del salvajismo. Acusado de fanático, responde con el elogio del fanatismo. A la imputación de que conculca la razón, condena alegremente la razón.
 
También el fascismo encuentra la educación descuidada. Espera mucho de una influencia sobre los cerebros y un fortalecimiento de los corazones. A las brutalidades de sus sótanos de tortura añade las de sus escuelas, periódicos, teatros. Educa a la nación entera, y lo hace durante todo el día. No dispone de demasiadas cosas que ofrecer a la gran mayoría, y eso significa tener que educar mucho. Como no proporciona comida, debe educar para la autodisciplina. Como es incapaz de poner orden en su producción y necesita guerras, debe educar para el valor físico. Necesita víctimas, y entonces tiene que inculcar a la gente espíritu de sacrificio. También ideales, postulados formulados a los hombres, algunos son incluso grandes ideales, grandes postulados.
 
Bien, sabemos para qué sirven estos ideales, quién educa y a quién será útil esta educación -no a los educados-. ¿Qué ocurre con nuestros ideales? También aquellos de nosotros que ven el origen de todos los males en el salvajismo, la barbarie, sólo hablan, como hemos podido comprobar, de educación, de intervenir en los espíritus -de ningún otro tipo de intervención, sin embargo-. Hablan de educar a la gente para la bondad. Pero la bondad no saldrá a fuerza de exigir la bondad, exigirlo bajo todas las condiciones, incluso las peores, así como la brutalidad no puede salir de la brutalidad.
 
Yo, por mi parte, no creo en la brutalidad por amor a la brutalidad. Hay que defender a la humanidad contra la acusación de que sería también brutal, si esto no fuera tan buen negocio. Es una tergiversación ingeniosa de mi amigo Feuchtwanger cuando dice: la villanía procede del egoísmo, pero no tiene razón. El salvajismo no viene del salvajismo, sino de los negocios, que sin él no podrían seguir haciéndose.
 
En el pequeño país del cual procedo, reinan condiciones menos alarmantes que en muchos otros países, pero cada semana son destruidas 5.000 reses de matanza. Es una cosa grave, pero no es una explosión repentina de sangre. Si lo fuera, la cosa sería menos grave. La destrucción de cabezas de ganado y la destrucción de la cultura no tienen sus causas en instintos bárbaros. En ambos casos se destruye una parte de bienes producidos no sin esfuerzo, porque se ha convertido en una carga. (...) 
 
En la mayoría de los países de la tierra tenemos hoy unas condiciones sociales en las que los crímenes de toda clase son altamente premiadas y las virtudes cuestan mucho: "La buena persona está indefensa, y el indefenso es apaleado, pero con la brutalidad puede uno tenerlo todo. La villanía toma sus medidas para 10.000 años. La bondad, por el contrario, necesita una guardia de corps; pero no la encuentra."
 
¡Guardémonos buenamente de pretenderla de los hombres! ¡Y ojalá no pretendiéramos nada imposible! ¡No nos expongamos al reproche de que también nosotros hacemos llamamientos a los hombres para cosas sobrehumanas, esto es que, a base de practicar virtudes sublimes, sobrelleven condiciones de vida horribles que, desde luego, es posible cambiar, pero que no van a cambiar! ¡No hablamos solamente en pro de la cultura!
 
Compadezcámonos de la cultura, ¡pero compadezcámonos primero de los hombres! La cultura estará salvada, si los hombres se salvan. No nos debemos arrastrar hasta el punto de afirmar que los hombres existen para la cultura y ¡no la cultura para los hombres! Haría pensar demasiado en la práctica de los grandes mercados, donde los hombres acuden para las reses, ¡no las reses para los hombres!
 
¡Camaradas, reflexionamos sobre las raíces del mal!
 
Muchos de nosotros, escritores, que viven el horror del fascismo y se horrorizan de él, no han comprendido todavía esta doctrina, no han descubierto aún las raíces del salvajismo que les aterra. Siempre existe en ellos el peligro de considerar las atrocidades del fascismo atrocidades inútiles. Siguen aferrados a las condiciones de propiedad imperantes, porque creen que, para su defensa, no son necesarias las atrocidades del fascismo. Sin embargo, para el mantenimiento de esta situación son necesarias las atrocidades del fascismo. En esto no mienten los fascistas, dicen la verdad. Aquellos de nuestros enemigos que están tan horrorizados como nosotros de las atrocidades fascistas, pero quieren mantener las actuales condiciones de propiedad o se muestran indiferentes ante su mantenimiento, no pueden hacer una guerra lo bastante vigorosa y duradera contra la barbarie predominante, porque no son capaces de ayudar a sugerir y crear unas condiciones sociales en las cuales la barbarie sea superflua. 
 
Pero aquellos que, en la búsqueda de las raíces del mal, han dado con las condiciones de propiedad, han ido profundizando más y más, a través de un infierno de atrocidades cada vez más bajas, hasta llegar al lugar donde una pequeña parte de la humanidad ha anclado y establecido su dominio despiadado. Ha echado el ancla en aquella propiedad del individuo que sirve a la explotación del prójimo y es defendida a ultranza con uñas y dientes, abandonando una cultura que no se presta ya a defenderse o ya no es capaz de hacerlo, abandonando, en fin, todas las leyes de la convivencia humana, por las cuales la humanidad ha luchado desesperadamente tanto tiempo y con tanto denuedo.
 
¡Camaradas, hablemos de las condiciones de propiedad!

20 de junio de 2023

Denunciamos una exaltación fascista

 Ante la invasión alemana de la URSS. Manifiesto del PCE, PSUC y FJSU (junio-julio de 1941)

Este 9 de Junio pasado, hemos tenido conocimiento de un homenaje fascista en la localidad de Checa (Guadalajara) en el que han participado el alcalde de esa localidad, un consejero de la Embajada Rusa y dos religiosos ortodoxos, para bendecir una cruz ortodoxa y realizar una misa por los soldados rusos nazis caídos, en el bando de los militares sublevados a la República Española.

Lamentamos profundamente que consejeros de la Embajada rusa amparen actividades nazifascistas en territorio español, creyendo que tiene que haber una rectificación importante de esta actividad por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores Ruso, ya que en estos momentos precisamente en Ucrania, se está realizando una operación bélica de defensa especial del Ejército de la República de Rusia, contra la agresión de las cúspides ucranianas nazifascistas contra el Donbass y la cultura rusa, en Ucrania Oriental, apoyados por la OTAN y la UE.

Desde el año 2014 tanto las asociaciones "Blagoe Delo" como nuestra Asociación de Amistad Hispano Soviética, hemos socorrido y alertado esta agresión nazi ucraniana al pueblo del Donbass. Posteriormente hemos realizado varias Marchas Inmortales en Madrid, recuperando la unión fraternal de nuestros dos pueblos español, ruso y de diferentes nacionalidades con la Madre Patria Soviética, recordando especialmente que durante la Gran Guerra Patria sufrió la invasión hitleriana, la peor incursión del imperialismo para la ocupación de las tierras eslavas, y del exterminio de la población por parte del régimen Nazifascista Alemán.

El Regimiento Inmortal ha realizado junto con nuestra Asociación, una eficaz solidaridad antimperialista por la Defensa de la Memoria Histórica de los Republicanos Españoles y de los Voluntarios Soviéticos, que vinieron dentro de las Brigadas Internacionales. También recordando que en nuestra Guerra Nacional Revolucionaria contra el fascismo español, el ocultamiento de la verdad histórica que ocurrió de 1936 al 39, preservando la fraternidad indestructible de nuestros dos pueblos. Sin la Victoria del Ejército Soviético, las ideas del nacionalismo antihumano hitleriano, apoyado veladamente por los regímenes parlamentarios burgueses europeos y estadounidenses, hizo que no se impusieran entonces también en Occidente. Desgraciadamente el pueblo español, al igual que el soviético pagó muy caro hacer frente al fascismo en armas, como así está ocurriendo en estos momentos con la agresión fascista hacia el pueblo ucraniano libre, en el Donbass.

Por todos estos mismos hechos, es una absoluta aberración histórica ese homenaje en Guadalajara. La inmensa colectividad de ciudadanos rusos en España, está a favor de la operación especial de salvaguardia contra la acometida nazifascista ucraniana en el Este de Ucrania. Las diferentes asociaciones, durante estos años hemos denunciado la facistización realizada en el Reino de España, pues los diferentes gobiernos y el propio Parlamento del reino apoyan los postulados de la Rada Fascista Ucraniana. Este Estado ilegítimo, surgió en el llamado "Maidan", contra un gobierno elegido democráticamente, golpe de estado criminal que fue alentado y apoyado tanto económica como propagandísticamente por la OTAN (Estados Unidos y la UE) y por estos hechos, hemos ido juntas nuestras asociaciones, denunciando la barbarie fascista.

Por todo ello, apoyamos al Regimiento Inmortal en esta denuncia para que no se pierda la memoria de ambos pueblos, el ruso, en aquellas décadas dentro de la Unión Soviética,  y de los españoles que lucharon y luchan contra el fascismo. Y es necesario, que no se pierda la memoria histórica, la verdad por los hechos realizados por el facismo, como fue la Dictadura que hubo aquí impuesta por los militares, y apoyada por los estados fascistas alemán e italiano. Fue una agresión contra el pueblo y los trabajadores españoles. Pero esta memoria colectiva española ha sido sepultada mediante la represión y el miedo, cuando aún hoy se cuenta que hubo una guerra civil, cuando en realidad fue un alzamiento militar, que se hizo contra el gobierno republicano, elegido democráticamente.

Todo estos hechos, han sido denunciados por la Marcha Inmortal y la Asociación de Amistad Hispano Soviética, y seguimos denunciando que los actuales gobiernos de este reino, se han posicionado a favor del régimen fascista ucraniano actual, al lado de la UE, los EEUU y la OTAN, contra la cultura rusa en la Ucrania Fascista.

¡Que nuestra solidaridad fraternal nunca sea olvidada!

¡Por la lucha del pueblo español en tiempos de la República, y del pueblo ruso en tiempos de la Unión Soviética, contra el Fascismo!

13 de junio de 2023

La experiencia de la Internacional Comunista en la construcción de partidos de tipo bolchevique

Congreso Internacional Comunista

Por Unión Proletaria

Iª La etapa del ascenso revolucionario que siguió a la Primera Guerra Mundial (1918-19)

Primero, independizarse de los reformistas

A la hora de aprender de esta experiencia histórica para nuestras tareas presentes, es fundamental comprender cuál era la situación en que se encontraban los países desarrollados del capitalismo al terminar la Primera Guerra Mundial: durante algunos años, se produjo un auge revolucionario que, sin embargo, sólo permitió la consolidación del poder proletario en Rusia. Se dejaba sentir del modo más pernicioso el que en muchos paí­ses la clase obrera no tuviera partidos verdaderamente revolucio­narios que dirigieran toda su lucha. En sus partidos, se habían ido imponiendo una práctica reformista y su justificación teórica.

Pero, una cosa era el reformismo en el período de desarrollo relativamente “pacífico” del capitalismo, y otra cosa completamente distinta era el refor­mismo en una situación de revolución socialista. La prédica de reformas y la apología de la democracia burguesa, en la situación en que las masas en Europa se desvivían por entrar en combate, eran perniciosas no sólo para la revolución socialis­ta, sino también para las transformaciones democráticas generales más o menos radicales, incluso para aquéllas que no rebasaban el marco del régimen capitalista.

Temerosos ante la revolución que crecía en Europa y que había triunfado en Rusia, los partidarios del reformismo habían renunciado a ella y se habían pasado al campo de sus adversarios. Junto con los burgueses, los socialdemócratas de derecha participaron en la represión de la revolución obrera en Alemania y en el asesinato de los dirigentes de ésta -Karl Liebknecht y Rosa Lu­xemburgo-, el 15 de enero de 1919.

En los partidos socialistas, también había quienes se oponían de palabra a los socialdemócratas derechistas, pero, en realidad, se oponían sobre todo a una marcha de la historia que les parecía demasiado impetuosa, soñando todavía con cierta revolución “pacífica” y “organizada”. Estos denominados “centristas” encadenaban así la energía revolucionaria de los obreros a la política burguesa contrarrevolucionaria de los socialistas de derecha.

No bastaba la independencia ideológica de los revolucionarios dentro de los partidos obreros: se im­ponía la necesidad urgente de la separación en lo orgánico y no solamente de los socialdemócra­tas de derecha, sino también de los centristas. Todos los intentos de se­guir la orientación revolucionaria en el marco de una organización en que había oportunistas fracasaban invariablemente.

De la vieja socialdemocracia fundada treinta años atrás por Federico Engels y otros marxistas, había que mantener únicamente la herencia revolucionaria, deshaciéndose del lastre oportunista y reformista; y, además, apoyar los rasgos cualita­tivamente nuevos del movimiento obrero en la etapa que implicaba la primera rotura de la cadena del imperialismo y el comienzo de la tran­sición al socialismo.

Especulando con la aspiración natural de la clase obrera a la unidad en la lucha contra el enemigo común, los cen­tristas buscaban que los obreros revolucionarios volvieran al camino re­formista, acusando de “divisionismo” a los comunistas. Denunciando el carácter reaccionario y la hipocresía de los llamamientos de los “apóstoles de la unidad”, Karl Liebknecht poco antes de su trágica muerte había escrito: “Pero no to­da ‘unidad’ hace fuerte. La unidad entre el fuego y el agua apaga el fue­go y evapora el agua; la unidad entre el lobo y el cordero deja que el lo­bo se coma al cordero; la unidad entre el proletariado y la clase dominante sacrifica al proletariado; la unidad con los traidores condu­ce a la derrota… Los apóstoles de la unidad quieren ya hoy liquidar la revolución… La unidad con ellos sería funesta para el proletariado, se­ría traición al socialismo internacional”[2]. Eso coincidía por completo con lo que Lenin había advertido ya antes de la guerra: “¡La unidad es una gran cosa y una gran consigna! Pero la causa obrera necesita la unidad de los marxistas, y no la unidad de los marxistas con los enemigos y los falsea­dores del marxismo”[3].

Los socialistas reformistas trataron de reconstruir la II Internacional en la Conferencia de Berna del 3 de febrero de 1919 con el principal objetivo de condenar a la Rusia revolucionaria, justificar a los asesinos de Liebknecht y de Lu­xemburgo, y paralizar la actividad revolucionaria de los proletarios fran­ceses, ingleses e italianos. Poco después, la Conferencia Internacional de los co­munistas en Moscú dio respuesta adecuada al “renacimiento” de la Internacional socialreformista.

Fundación de la III Internacional, la Internacional Comunista

Lenin y los bolcheviques, partiendo de su experiencia de muchos años de poner en pie un partido verdaderamente revolucionario en Rusia, venían defendiendo la necesidad de romper con la II Internacional desde que la gran mayoría de los dirigentes de ésta apoyaron las ambiciones imperialistas de sus respectivas burguesías en la Primera Guerra Mundial. Pero los revolu­cionarios de otros países necesitaron años de búsquedas y pruebas para llegar a esa conclusión. Los primeros meses de revolución europea les convencieron definitivamente de la necesidad de formar partidos comu­nistas independientes. Se impuso también la necesidad de articular una cohesionada organización comunista internacional.

Al formular el proyecto de plataforma de la Internacional, Lenin propuso tomar como base: primero, la teoría y la práctica del bolchevismo y, segundo, la declaración programática de los espartaquistas alemanes –“Was Will der Spartakusbund?”-, redactada por Rosa Luxemburgo.

Lenin consideraba que la III Internacional debía integrar desde un principio no sólo los partidos comunistas ya formados, sino también los partidos y grupos que se acercaban al bolchevismo, entre ellos los que actuaban dentro de los partidos socialdemócratas. Limitando al mismo tiempo ese círculo, Lenin propuso que se invitara al Congreso Funda­dor a los que se pronunciaran decididamente por la separación con los socialpatriotas, “por la revolución socialista ahora y por la dictadura del proletariado… en principio por el ‘poder soviético’ y contra la reduc­ción de nuestro trabajo al parlamentarismo burgués, contra el someti­miento a éste, por lo que el tipo de poder soviético es superior y está más cerca del socialismo[4].

La acti­tud de la nueva Internacional sería de “lucha sin cuartel” contra los socialchovinistas; con relación a los cen­tristas, separar de ellos a los elementos más revolucionarios, criticar implacablemente a los jefes y desenmascararlos y, en determinada fase de desarrollo, separarse en lo orgánico; y, con los mejores elementos delsindicalismo revolucionario, formar un bloque.

La conferencia comunista internacional que se constituyó como Primer Congreso (Fundador) de la Internacional Comunista inició sus labores en Kremlin (Moscú) el 2 de marzo de 1919.

El Congreso transcurrió bajo el signo de la seguridad de que la victoria de la revolución socialista internacional estaba cercana. Vistos los acontecimientos a través de esa óptica, la realización incluso de con­siderables transformaciones democráticas y el surgimiento de una serie de nuevos Estados nacionales no eran considerados por los delegados como logros suficientes de la lucha proletaria y popular general. La importancia de estos hechos sólo se llegó a comprender más tarde: “Se creía -diría Lenin- que en Occidente, donde los antagonismos de clase están más desarrollados [que en Rusia], congruentemente con el capitalismo más desarrollado, la revolución seguiría un camino algo distinto al de nuestro país, y el poder pasaría en seguida de la burguesía al proletariado. Sin embargo, lo que ocurre hoy en Alemania evidencia lo contrario”[5]. Se aclaró que no sólo en los países más atrasados, sino también en los adelantados son necesarias determinadas fases preparatorias, son posi­bles etapas intermedias; que en ellos el camino del proletariado al poder tampoco es recto.

Reflexionando sobre los caminos de llegada a la revo­lución proletaria, Lenin procuraba comprender la tendencia general del movimiento de la revolución hasta su culminación que él, al igual que todos los revolucionarios europeos, esperaba en un futuro no leja­no: “Primero, la formación espontánea de los Soviets; luego, su propa­gación y desarrollo; más tarde se plantea prácticamente la cuestión: So­viets, o Asamblea Nacional, o Asamblea Constituyente, o parlamenta­rismo burgués; completo desconcierto entre los jefes y, por último, la revolución proletaria”[6].

Lenin explicó convincentemente que el enfoque científico de los conceptos “democracia” y “dictadura” sólo puede ser clasista, con la particularidad de que es determinante la circunstancia de qué clase ejerce su dictadura y sobre qué clases; para qué clases esa dictadura concreta es democracia.

En contraste con las aseveraciones de la burguesía y la socialdemo­cracia en el sentido de que la revolución socialista y la dictadura del proletariado llevan implícitas la sangrienta guerra civil, ingentes sacrifi­cios humanos y la destrucción inaudita de las fuerzas productivas, Le­nin hizo recordar que solamente en su guerra por dirimir cuál de ellas dominaría el mundo, las diversas burguesías imperialistas nacionales mataron a 10 millones de per­sonas y mutilaron a otros 20 millones. La burguesía imperialista considera “legítimas” estas víctimas, declarando, sin embargo, “criminales” las pérdidas incomparablemente menores sufridas en la lucha de liberación del proletariado[7].

“La guerra civil es impuesta a la clase obrera por sus enemi­gos mortales… Sin provocar artificialmente nunca la guerra civil, los partidos comunistas procuran reducir dentro de lo posible su duración, cuando surge como necesidad imperiosa, disminuir el número de vícti­mas y ante todo asegurar la victoria al proletariado”[8].

“La conquista del poder político no puede reducirse sólo al cam­bio del personal de los ministerios, sino que debe significar la liquidación del aparato estatal hostil, la concentración de la fuerza real en manos del proletariado”[9]. La dura crítica de Lenin y de la Komintern al poder burgués no significaba que hicieran caso omiso o menospreciaran la significa­ción de los derechos y las libertades democrático-burgueses conquista­dos por la clase obrera durante decenios de tenaz lucha.

En aquel período, muchos jóvenes parti­dos comunistas y sus dirigentes no comprendían aún el complejo problema de la lucha por ganarse a las masas para la revolución socialista. Algunos delegados se imagi­naban de modo simplista o demasiado rectilíneo el proceso de profundi­zación de las contradicciones del capitalismo, la ruta y el ritmo de la re­volución socialista mundial. Por ejemplo, en los materiales del Congreso puede encontrarse también la afirmación de que la liberación de los países oprimidos “advendrá solamente después de las revoluciones socialistas en las metrópolis”.

La fundación de la Internacional Comunista, la cual “por todo su contenido ideológico y político, por todas sus acciones pone en práctica la doctrina revolucionaria de Marx, depurada de las deformaciones oportunistas burguesas”[10], fue un acontecimiento de enorme trascen­dencia. Fue formada la organización dirigente del movimiento comu­nista mundial capaz de contribuir al desarrollo ideológico y orgánico de todos los partidos revolucionarios nacionales del proletariado, a la rea­lización de su papel activo en las luchas de clase de la nueva época. Al mismo tiempo, la nueva Internacional se apoyaba en la base real de la revolución internacional iniciada: la Rusia Soviética.

Apenas los delegados al Congreso Fundador de la Internacional Co­munista volvieron a sus países, el desarrollo de los acontecimien­tos revolucionarios en Europa mostró de manera evidente que ese Con­greso había trazado acertadamente la orientación principal de la lucha. En Hungría, y luego en Baviera y en Eslovaquia, en todas partes donde logró avanzar más allá de su primera etapa, la revolución llevó a la formación de Repúblicas de los Consejos.

Lenin advertía que es “imposible de­mostrar simplemente con palabras que el Poder soviético es justo. El so­lo ejemplo de Rusia no era suficientemente comprensible para los obre­ros de todos los países. Sabían que había allí un Soviet, todos ellos eran partidarios del Soviet, pero les asustaban los horrores de una lucha san­grienta”[11].

Al poco tiempo los imperialistas descargaron sobre las Repúblicas de los Consejos en Europa Central todo su poderío y las aplastaron. La In­ternacional Comunista intentó movilizar al proletariado europeo para la acción solidaria. Sin embargo, la oposición de los oportunistas impi­dió la acción unitaria de los obreros de Europa.

La confrontación de la ideología revolucionaria y la reformista

Las consignas de la época de la des­trucción del capitalismo debían ser, según Lenin: “abolición de las clases; dictadura del proletariado para la realización de ese objetivo; denuncia implacable de los prejuicios democráticos pequeñoburgueses sobre la libertad y la igualdad”. Hasta que no sean eliminadas las clases, “todos los argumentos sobre la libertad y la igualdad deben ser acom­pañados por las preguntas: ¿Libertad para qué clase; y con qué propó­sito? ¿Igualdad entre qué clases y en qué sentido? Eludir estas pregun­tas, directa o indirectamente, deliberada o involuntariamente es, inevitablemente, defender los intereses de la burguesía, los intereses del capital, los intereses de los explotadores”[12]. Porque el mero re­conocimiento formal de la libertad y la igualdad en el capitalismo es lo que suele encubrir su falta efectiva para la enorme mayoría de la población.

Las condiciones subjetivas estaban tan avanzadas que, según Otto Bauer, en el verano de 1919, en las calles de las ciudades austríacas no se oía más que: “¡Dictadura del proletariado!” “¡Todo el poder a los Consejos!”[13].

La ruptura teórica y política práctica resuel­ta y definitiva entre la Internacional Comunista y la Internacional de Berna fue impuesta por sus enfoques distintos por principio de la revo­lución socialista. Para Lenin, era imposible la unidad con quienes niegan el sobor­no por la burguesía de la cúspide de la clase obrera, con los líderes oportunistas de la IIª Internacional de la revolución que reniegan de la revolución o la reconocen solamente de palabra; con quienes ni siquiera piensan en educar a las masas en la conciencia de que es inevitable y necesario ven­cer a la burguesía en la guerra civil”; con quienes siguen asustando a los capita­listas con la revolución, siguen aterrorizando a la burguesía con la gue­rra civil, a fin de conseguir de ellos concesiones y su disposición a seguir la vía reformista” [14].

“Nuestro enemigo principal -recalcaba- es el oportunismo. El oportunismo en las altas esferas del movimiento obrero no es socialis­mo proletario, sino burgués”. Sus portadores son “mejores defensores de la burguesía que los propios burgueses. La burguesía no podría man­tenerse si ellos no dirigieran a los obreros”[15].

El período en que se sostuvo esa polémica fue un período de encarnizadas luchas de clases en que la victoria de la revolución internacional sólo era impedida por la acción del reformismo socialdemócrata sobre las masas proletarias.

Las enseñanzas del ascenso revolucionario

“Al principio de la revolución -recordaba Lenin-, muchos abrigaban la esperanza de que en Europa Occidental empezaría la revolución socialista inmediatamente después de terminada la guerra imperialista, pues en aquel momento, en que las masas estaban armadas, la revolu­ción se podía haber llevado a cabo con el mayor éxito también en varios países de Occidente”[16]. Partiendo de ese criterio, los comunistas se orientaban a aprovechar la posibilidad histórica, extraordinariamente rara, para asestar un enérgico golpe conjunto al régimen burgués de va­rios países. “Justamente en ese momento, el proletariado hubiese podido resolver la cuestión contra los capitalistas de un solo golpe”[17].

¿Por qué, pues, la revolución socialista en Europa además de no vencer, no se desplegó con pleno vigor?

No cabe duda de que en los países capitalistas desarrollados existían premisas objetivas, ante todo económicas, de la revolución socialista. El régimen burgués estaba “pasando en todo el mundo por una grandísima crisis revolucionaria”[18]. La existencia de la crisis revolucionaria constituía la base real de la eventual acción revolucionaria.

Sin embargo, tanto la profundidad de la crisis como el alineamiento de las fuerzas de clase no eran iguales en los distintos países. Los países vencedores en la guerra imperialista veían atenuarse las contradicciones sociales. Y, en los países vencidos, las posiciones de la burguesía eran más sólidas que en Rusia. Además, en este país, la consigna bolchevique de la paz en plena guerra fue un poderoso medio de mo­vilización revolucionaria de las más vastas masas.

Los círculos gobernantes de ambas coaliciones ya no volvieron a dejar que el ansia de paz se convirtiera en un elemento revolucionador. Al contrario, paliaron los ánimos pacifistas con el alboroto demagógico que acompañó la forma­ción de la Sociedad de las Naciones y aprovecharon la discusión de las condiciones de la paz para levantar una nueva oleada de nacionalismo y chovinismo.

Al mismo tiempo, la burguesía internacional bloqueó enseguida a la Rusia Soviética militar y económicamente, y aplicó los máximos esfuerzos para “ahogar en la cuna” (como lo expresó Winston Churchill) a la primogénita de la revolución mundial. Aunque los imperialistas no lograron aplastarla como habían sofocado la Baviera de los Consejos y la Hungría de los Consejos, le causaron un enorme perjuicio material, obligando a los pueblos de Rusia a sufrir penurias y calamidades y presentando hipócritamente ese estado como resultado de la revolución y de la actividad de los bol­cheviques. La enorme máquina propagandística, que se valía del servi­cio de los renegados y conciliadores, se dedicaba a desacreditar la revolución y el Poder soviético.

No obstante, la retirada de las tropas de la Entente y las acciones de masas en apoyo a la Rusia soviética eran la prueba más evidente del ascenso revolucionario. La burguesía reprimía ferozmente, pero también maniobraba con la colaboración de la socialdemocracia reformista.

Sin rebasar en general el marco de revoluciones democrático-bur­guesas o de liberación nacional, las revoluciones inmediatamente posteriores a la rusa y al fin de la guerra imperialista destruyeron los impe­rios podridos y crearon una serie de nuevas formaciones estatales nacio­nales. En esa lucha, la principal fuerza motriz fue la clase obrera. También en aquellos países donde la lucha no se había transforma­do en revoluciones, la clase obrera arrancó a la burguesía varias conce­siones esenciales tanto en la esfera política como en la social y la econó­mica.

A pesar de estos innegables avances, quedó en claro que, cuando maduró la crisis revolucionaria y llegó el momento de iniciar la batalla decisiva por el poder, las organiza­ciones proletarias existentes no estaban preparadas en absoluto para eso. Con la madurez objetiva general de las condiciones de paso del capi­talismo al socialismo, el papel decisivo tenía que desempeñarlo el factor subjetivo: 

la capacidad de la principal fuerza social para derribar el vie­jo régimen social, político y económico y crear en su lugar otro nuevo. Faltaba una firme dirección política: muchos dirigentes socialistas se habían pasado a la burguesía; otros eran incapaces y estaban desconectados de la base no organizada e inculta. 

El gran peligro contra el cual había prevenido en su tiempo Lenin —la falta en Europa de partidos verdaderamente revolucionarios, capa­ces de llevar a las masas al asalto del capitalismo— se convirtió efectivamente en una gran desgracia para la clase obrera.

Hubo que formar los partidos comunistas en el crisol de los combates, bajo la gra­nizada de las persecuciones. Pero los partidos comunistas recién surgidos estaban todavía débiles en lo orgánico, ideológico y político. No habían aprendido a trabajar con las masas, a conducirlas en pos de sí. Recién empezaban a aprender a hacerlo, junto con su unión en la Internacional Comunista.

La Gran Revolución Socialista de Octubre y el ascenso revoluciona­rio registrado después de ella desempeñaron importantísimo papel en el avance del proletariado hacia el poder político, en el desarrollo de su conciencia revolucionaria.

En la actualidad, las condiciones objetivas para la revolución están madurando aceleradamente, pero las condiciones subjetivas están muchísimo más atrasadas y tienen todas las probabilidades de echarla a perder si no lo remediamos. 

No sólo no tenemos situación revolucionaria, sino que no ha estallado ninguna revolución proletaria desde hace decenios, no tenemos Internacional Comunista que nos ayude, los Estados socialistas se ciñen a las tareas internacionales del frente antiimperialista de liberación nacional, etc. No obstante, como enseña la experiencia de 1917-1919, urge que aprovechemos cada una de nuestras todavía escasas posibilidades para dar pasos hacia la reconstitución del Partido Comunista que nos sitúe en las mejores condiciones para afrontar la disyuntiva en curso entre la revolución socialista y la guerra imperialista creciente.

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NOTAS:

[1] Para este y los próximos artículos que publicaremos sobre la experiencia de la Internacional Comunista en la construcción de partidos de tipo bolchevique, nos hemos basado en un colosal trabajo teórico que el Instituto de Historia General de la Academia de Ciencias de la URSS publicó y tradujo a varios idiomas en el año 1982, titulado “El movimiento obrero internacional. Historia y teoría”. Los seis tomos de esta voluminosa obra son quizás, a pesar de unas mínimas aunque importantes concesiones al revisionismo, el último gran legado teórico que el Partido Comunista de la Unión Soviética dejó al movimiento comunista y obrero internacional.

[2] K. Liebknecht, Gesammelte Reden und Schriften, Bd. IX, Berlin, 1968, S. 602-603.

[3] V. I. Lenin, La unidad, Obras Completas, t. XXI, Ed. Akal.

[4] V. I. Lenin, Carta a G. V. Chicherin, diciembre de 1918, O. C., t. 50, Ed. Progreso.

[5] V. I. Lenin, Sesión del Soviet de Petrogrado, 12 de marzo de 1919, O. C., t. XXX.

[6] V. I. Lenin, I Congreso de la Internacional Comunista, O. C., t. XXX.

[7] V. I. Lenin. Carta a los obreros norteamericanos. 0.C., t. XXIX.

[8] Manifiesto del Congreso de la Internacional Comunista, p. 97 (https://www.dropbox.com/s/hcl2g1rz2u3jnjp/LOS%204%20PRIMEROS%20CONGRESOS%20DE%20LA%20IC%2C%20I%20y%20II.pdf?dl=0)

[9] Plataforma de la Internacional Comunista, p. 63 (ibíd.)

[10] V. I. Lenin. Proyecto de programa del PC(b) de Rusia. 0.C., t. XXX.

[11] V. I. Lenin. Reunión plenaria extraordinaria del Soviet de Moscú de diputados obreros y del ejército rojo. 0.C., t. XXXI.

[12] V. I. Lenin, Sobre la lucha en el Partido Socialista Italiano. O.C., t. XXXIV.

[13] Véase O. Bauer, La revolución austríaca de 1918, pp. 93-94

[14] V. I. Lenin. Las tareas de la III Internacional. 0.C., t. XXXI.

[15] V. I. Lenin. II Congreso de la Internacional Comunista. 0.C., t. XXXIII.

[16] V. I. Lenin. Discurso pronunciado en la sesión solemne del Soviet de Moscú, consagrada al 1º aniversario de la III Internacional. 6 de marzo de 1920. 0.C., t. XXXII.

[17] V. I. Lenin. Discurso pronunciado en el IV Congreso de los obreros de la industria de la confección de toda Rusia. 6 de febrero de 1921. 0.C., t. XXXIV.

[18] V. I. Lenin. II Congreso de la Internacional Comunista. 0.C., t. XXXIII.

7 de junio de 2023

AAHS, "...nuestra labor nadie lo va a hacer en este reino".

Las relaciones entre la República española y la Unión Soviética según Julián Zugazagoitia

Recientemente nos han hecho una entrevista el portal ruso Russki Mir, sobre nuestra asociación. Subimos el original tanto de las preguntas como de las respuestas. En el enlace contiguo trasladamos lo publicado de la entrevista en dicho portal

1.- Cuéntenos cómo surgió su Asociación de Amistad Hispano-Soviética. ¿Cómo eran los tiempos entonces? ¿Cuál era la relación entre nuestros países?

La Asociación de Amistad Hispano Soviética nació en 1933, en tiempos de la República Española, con el nombre de Asociación España URSS, y surgió de una necesidad tanto de trabajadores e intelectuales españoles para dar a conocer la cultura, los avances científicos y económicos que se estaban desarrollando en la Unión Soviética. Fue extraordinariamente importante porque la mayoría de los más prestigiosos intelectuales españoles se integraron en el proyecto, siendo de los primeros tanto Federico García Lorca como Antonio Machado. El acercamiento de la cultura tanto rusa como de otras repúblicas se realizaron mediante artículos, libros, conferencias, películas por toda la geografía española. El pueblo español valoró hondamente el esfuerzo, acudiendo a los locales de la Asociación siendo un foco de amistad entre los pueblos español y soviético. Tras la pérfida intervención de los militares fascistas, en la URSS los trabajadores e intelectuales soviéticos, empezaron a crear nuevas asociaciones de Amistad con la República Española. Fueron enviando donaciones, materiales sanitarios, alimenticios, científicos, culturales, que consolidaron la solidaridad entre ambos pueblos. Así creándose una correspondencia fructífera, se realizaron traducciones en ambos países de los clásicos, tanto rusos como españoles, novelistas y escritores de su tiempo como Shólojov, Blok, Esenin, Mayakovski, y al contrario Lorca, Juan Ramón Jiménez, Miguel Hernández y el propio Antonio Machado.

2. ¿Qué grado de notoriedad y popularidad tenía su Asociación en España en aquella época? ¿Qué pensaban los españoles de a pie sobre la Unión Soviética y su ideología?

Tenemos que tener en cuenta la época de los años 30, cuando el fascismo se acercaba a ambos países. Para la inmensa mayoría de los trabajadores tener de su parte al pueblo soviético fue celebrado constantemente. Como dije, la existencia de la Asociación fue un foco cultural de primer orden. Muchas películas soviéticas de renombre se proyectaron dobladas. E influyó mucho los avances económicos y sociales que estaban teniendo lugar en la URSS. Y precisamente los avances producto del Socialismo que hubo allí, se extendieron a toda la población, implementándose en la República: Extensión de la Escuela Pública gratuita, Atención Sanitaria gratuita universal, creación de Cooperativas Obreras que se hicieron cargo de las empresas e industrias con su nacionalización, beneficiando la República las necesidades sociales tanto económicas como asistenciales, que desarrollaron un grado de simpatía con la Unión Soviética muy avanzado en la Europa Occidental.

3. España y la Unión Soviética estaban unidas por su lucha conjunta contra el fascismo a finales de los años treinta. Y entonces los hijos de los comunistas españoles fueron llevados a la URSS, donde vivieron y se educaron en unas Casas  de Acogida especialmente creadas para ellos. Muchos de ellos lucharon en los frentes de la Gran Guerra Patria y luego regresaron a España. ¿Cómo fue su vida tras su regreso? ¿Pudieron convertirse en "embajadores de influencia" de la Unión Soviética?

No solamente llegaron a la Unión Soviética niños de comunistas, sino la mayoría llegaron desde 1934, fundamentalmente de trabajadores asturianos, y después de la intervención fascista, hijos de obreros para salvarlos de la salvaje represión que posteriormente tuvo lugar con sus padres. Muchos de aquellos niños fueron no solamente acogidos sino formados plenamente, obteniendo carreras profesionales de prestigio. Cuando en los años 50 volvieron a España, todos ellos trataron de integrarse, pero una gran parte de las mujeres y hombres españoles soviéticos, no pudieron desarrollar sus profesiones. Mediante una serie de terribles odiseas, volvieron a exiliarse de la España Franquista, apoyada por los regímenes "democráticos" occidentales. Especialmente fue muy lamentable el caso de las chicas que tuvieron que aceptar empleos precarios para sobrevivir, y no pudieron, como muchos otros retornados, salir del terrible sistema de opresión nacional católica que se impuso a toda la población. No pudieron hablar de los logros soviéticos. La propaganda contra la URSS era constante. Las redadas contra cualquier tipo de lucha contra el gobierno fascista eran constante, cayendo miles de comunistas, socialistas y anarquistas, la prensa alternativa clandestina fue destruida, los asesinatos de los presos de las cárceles, etc... Era como un dogal que habían puesto a los trabajadores. El miedo a la delación impedía hablar de la situación social. Los antiguos niños de la guerra que se quedaron no podían exteriorizar su pensamiento.  Para ellos, fue entrar en una corrupta y nauseabunda sociedad que impuso unos valores, que aún hoy perduran. En las mentes de entonces, se machacó el miedo al progreso, a lo nuevo, extendiéndose la sinrazón de los valores antiguos militares, folklóricos andaluces y alejamiento del acceso cultural avanzado a toda la población.

4. ¿Qué hizo la Asociación Hispano-Soviética de Amistad durante la existencia de la URSS? Cuáles fueron las acciones más llamativas?

Tras la muerte del dictador, se volvió a desarrollar un fuerte vínculo entre los trabajadores e intelectuales, dentro de la Asociación de Amistad Hispano Soviética. Muchos hijos y nietos de antiguos "niños de la guerra" que retornaron, volvieron a ahondar las relaciones entre la URSS y el Reino de España. Intelectuales de prestigio se integraron en la Asociación, como el recientemente fallecido Antonio Gala. En sus diferentes sedes la Asociación volvió a ser un referente de educación para miles de trabajadores. Sus actos eran publicados en la prensa, los conciertos, exposiciones, veladas poéticas, conferencias sobre la URSS, cineforums con la proyección de las películas soviéticas censuradas desde los años 40, (de hecho fue una universidad de conocimiento para mí), importante biblioteca bilingüe que hacía préstamos de libros que no se podían obtener en las bibliotecas públicas, etc... Como hecho más llamativo, fue la recepción de artistas, coros, y todo tipo de grandes intérpretes culturales soviéticos, que inclusive realizaron giras, por diferentes salas de la AAHS en el territorio  español.

5. Su Asociación cuenta con grandes archivos y bibliotecas. ¿Podría decirnos qué los hace únicos? Son interesantes estos archivos y libros para la juventud española de hoy?

Tras la caída de la URSS, una serie de trabajadores comprendimos que el tesoro de las publicaciones realizadas en la URSS, de todos los temas era imprescindible que fuera guardada y unificada. Muchos de los libros que existen en nuestra biblioteca son únicos, pues al ser legados directamente por los hijos, nietos y sucesores, sobre todo de comunistas españoles fallecidos, muchos de esos materiales, no se encuentran en otras bibliotecas. Varios ejemplos podemos ilustrar, de la mayoría de los libros ideológicos socialistas y comunistas, editados tanto en el Reino de España como en su momento en la URSS, censurados durante muchos años. Además, el fondo de obras técnicas, de formación de asuntos sociales, de conocimiento de la URSS, de autores que apoyan otra sociedad alternativa al capitalismo-imperialismo, llenan los estantes de nuestros archivos. Hoy día, sino publicitamos que existió la URSS, la cultura soviética y rusa, que tanto influyó en las ideas sociales de antaño los jóvenes no lo sabrán, pues están muy alejados de los libros que defienden otra sociedad. Mas, creemos que cuando muchachos se hacen preguntas sobre las lacras sociales que constantemente les agobian, acuden a nuestros puntos de información en fiestas, exposiciones y ferias de libros alternativos.

6. ¿Qué hace hoy la Asociación de Amistad Hispano-Soviética? ¿Cuál considera que es su misión principal?

Hoy la Asociación de Amistad Hispano Soviética es un referente cultural de primer nivel en el Reino. Publicamos cada año una veintena de folletos nuevos sobre diferentes problemas sociales que asolan a la población, con nuestras investigaciones y análisis. El catálogo de los folletos que hemos editado es muy amplio. Y hablamos de folletos, porque el precio de los libros  no es accesible para la gran mayoría de los jóvenes y trabajadores. Por ello, la colaboración que nos dan por estos artículos nunca excede de los tres euros. Pero nuestros objetivos, planificados año tras año, son muy diversos y que nos han generado un gran reconocimiento en los foros. Porque sino realizamos los actos culturales, conferencias, exposiciones, proyecciones cinematográficas, sobre la URSS, NADIE LO VA A HACER EN ESTE REINO. Pues disponemos de los materiales, camaradas formados en diferentes materias tanto económicas, políticas como históricas. Que no se pierda la memoria de la civilización generada en la URSS, y del acervo cultural de Rusia.

7. Hoy vemos intentos de reescribir la historia: se tacha completamente el papel de la Unión Soviética en la victoria sobre el fascismo y se señala a EEUU como principal vencedor. En su opinión, ¿por qué se hace, qué objetivos se persiguen? ¿Existe el peligro de un resurgimiento del fascismo en Europa?

Reescribir la historia viene de muy lejos. Entonces en la época del papel victorioso del Ejército Rojo sobre el fascismo, para que en muchas naciones del mundo la URSS, fuera un faro de creación de sociedades justas y libres. El imperialismo, desde el mismo momento que entendió que el ejemplo de lucha por el socialismo era peligroso para su poder, creó resortes de información anticomunistas. Obligó a las naciones a aceptar el patrón del dolar, las condiciones de vida de los trabajadores fueron alcanzando niveles de derechos sociales para parar el ascenso de las ideas socialistas, crearon una red clientelar de partidos reformistas que impulsaron la colaboración con los gobiernos imperialistas, impuestos por los EEUU. 

Todo esto se hizo, para que se olvidara, que lograr emanciparse de la esclavitud asalariada, es necesario por los propios obreros defender sus ideas de empoderamiento, reescribir la historia occidental. Imponer la mentira, como latente vasallaje al pensamiento antihumano para defender la guerra como arma social. La violencia está instalada en las mentes de la población. El miedo a los comunistas, a los que piensan diferente, a lo "rojo" son sus objetivos. Cualquier cambio social, en la forma de gobernar delegadamente en los parlamentos, es cortada de inmediato. Por ello, el incremento del presupuesto destinado a los servicios de seguridad, compra de armas y la industria militar, se va aumentando todos los años, muy por encima de las demás partidas. Y toda esta red de mentiras sobre la situación económica y las manifestaciones políticas, están desarrollando una especie de facistización gradual de la sociedad. 

Es anormal lo que sucede entre la mayoría de los jóvenes, alrededor de la "birra" de cerveza, la música machacona del "reguetón" y las modas de las series de televisión. El descenso del consumo de libros por habitante es constante. Muchas formas de aceptar el fascismo, se han instalado. Ahora los que no quieren entrar en la dominación económica de Estados Unidos y la Unión Europea, son los enemigos a combatir, con todas las armas si es preciso. Ahora los países independientes como Rusia, son el enemigo principal. Y es dantesco, que alcanza en muchos países, como las manifestaciones culturales, sociales, deportivas, rusas han sido censuradas o simplemente silenciadas. Si ésta política, es hoy una facistización. Que los partidos que defiendan como en Ucrania la segregación social, el negacionismo de la historia, el crimen y el odio, pueden imponer su ideario, no lo dudamos. Por eso luchamos, por eso existe nuestra Asociación  que defiende los valores de la amistad, la compresión, los avances sociales que hubo en la URSS, y que no se han vuelto a realizar en el mundo, salvo los países que aún defienden el socialismo.

Bueno, he tratado de contestar lo más claro posible, no se si les gustará mi posición clara de clase a favor de los trabajadores, pero es la esencia de la AAHS. Salud

Ricardo Huerta Blanco
Presidente de la Asociación de Amistad Hispano Soviética

Nuestro blog:
amistadhispanosovietica.blogspot.com

Nuestra web:
aahs-100Revolucion.com

 

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