25 de septiembre de 2020

Nacimiento de Juan Modesto. El miliciano comunista, que llegaría a General.

Ejército. :: Españoles en la 2ª G.M.
Por Esteban Zúñiga. 
 
“Desde Madrid, Modesto, donde ya las primeras bocanadas de frío que el Guadarrama envía duramente preparan a glorias venideras la capital que el triunfo hará posible un día,recibe mi alabanza, coronel, viejo amigo, mientras el Ebro justo con su mojada mano te asciende y de ola en ola, cara al viento y conmigo, a hombros el Guadalete, pasa el mar gaditano.
¡Nuestro mar, nuestro río, nuestras playas morenas!
¡Las perdidas lecciones entre los arenales!
¡Las salvas de los buques silbados de sirenas
desde los gratuitos pupitres colegiales!
Pasad, pasad recuerdos orgullosos ahora de aquella rota infancia juntamente vivida, 
que hoy para ti, Modesto, coronel, se coloca de populares lauros y palma merecida.
Que desde el Manzanares, ya general de ríos, 
quien, como tú, hace tiempo, miliciano se viera,
también te condecoren con estos versos míos, 
Madrid que no te olvida, Cádiz que ya te espera.”
 
(Rafael Alberti. “Al nuevo coronel Juan Modesto Guilloto, lejano compañero de colegio en la Bahía de Cádiz”. Publicado en el número 22 de la revista “Hora de España” (Barcelona, octubre de 1938).).
 
El 24 de septiembre de 1906 nacía en el Puerto de Santa María (Cádiz), en el seno de una familia humilde y proletaria, Juan Modesto Guilloto León, más conocido como JUAN MODESTO.
 
Hijo de de una costurera y de un obrero, realizaría múltiples trabajos en empresas como las bodegas Osborne, la Aserradora de Pastor, la Farmacia Viqueira, hasta ingresar en el Cuarto Grupo de Regulares, donde se ganaría una reputación de cabo insubordinado y conflictivo, lo que le ocasionaría su entrada en prisión en el norte de África, en donde, poco a poco, se iría desarrollando su conciencia política, que se acentuaría al regresar a España, al sumergirse en el movimiento sindical trabajando en una fábrica; ingresando en el Partido Comunista de España (PCE) en 1930.
 
Tras la proclamación de la República el 14 de abril de 1931 sería elegido por sus camaradas del Puerto de Santa María como su responsable político y encargado de la difusión del periódico semanal “El Proletario”, que tenían una edición de 3.000 ejemplares. Elegido secretario político del Comité provincial del PCE de Cádiz, participaría como delegado gaditano en la Conferencia Regional del PCE de Andalucía celebrado en 1932, donde entraría en contacto con José Díaz Ramos.
 
Al año siguiente, en 1933, se le pediría que viajara a Madrid donde conocería a Dolores Ibárruri, y entraría en contacto con el miembro del Comité Central de PCE, Daniel Ortega.
 
En el mes de julio de 1933 la dirección del PCE, viendo sus dotes de mando, lo enviaría a Moscú, donde realizaría estudios sobre la teoría marxista, además de formarse en la Academia Frunze del Ejército Rojo y que sirvió para que Juan Modesto considerara a la URSS su segunda casa.
 
A su regreso a España iría ascendiendo dentro de la estructura del PCE, encargándose de la administración del periódico “Bandera Roja” (que sustituía al “Mundo Obrero”, pues ésta estaba prohibido por la censura),y trabajaría, con tesón, en la creación de células comunistas en el ejército y a la vez organizaría, como comandante, las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC), que el mismo definiría como:
“Una organización de autodefensa del pueblo, hijas del enfurecimiento de la lucha provocado por la reacción, que ponía rumbo al poder, a la fascistización gradual de la República; eran impuestas, en parte, por la actuación, cada vez más descarada y peligrosa, de los grupos de pistoleros fascistas que gozaban de cierta impunidad.”
 
Al mismo tiempo trabajaría en el Sindicato de Oficios Varios y en la puesta en marcha del Socorro Rojo.
 
Al producirse el golpe militar franquista, sería uno de los que organizarían la resistencia y la entrega de armas a las fuerzas populares de Madrid; y es uno de los participantes más activos del asalto al Cuartel de la Montaña, que se saldaría con un triunfo de la milicia popular.
 
Juan Modesto se haría combatiente, como comandante, en las filas del “Batallón Thäelmann” de la Brigadas Internacionales en la Sierra de Madrid (Villalba, Navacerrada, Somosierra, …) y más tarde en la defensa de la capital, Madrid. Tras ser herido el 10 de agosto de 1936, su leyenda se iría acrecentando y, en octubre de 1936, sería nombrado comandante del Quinto Regimiento (piedra militar angular de la militancia comunista), participando en su creación y al que lideraría con brillantez y al frente del cual intervino en la mayoría de los batallas principales: Madrid, Guadalajara, Brunete y Teruel.
 
“Con el Quinto, Quinto, Quinto,
con el Quinto Regimiento
madre yo me voy al frente
para las líneas de fuego.
 
Anda jaleo, jaleo
saca la ametralladora
y ya empieza el tirotro
y ya empieza el tiroteo.”
 
A primeros del mes de noviembre de 1936 sería herido por una bala que se alojaría en su cadera izquierda tras atravesarle el cinturón, siendo ingresado en el Hospital Obrero de Madrid y tras su alta sería elegido para que formar la 18º Brigada Mixta, una de las primeras unidades del recién creado Ejército Popular; embarcándose de inmediato en la Batalla del Jarama.
 
En 1937 fue nombrado por el general José Miaja jefe de la IV División para la defensa de Madrid, colaborando estrechamente con Vicente Rojo en la preparación de la defensa de Madrid.
 
Pin en Spain - 1936-39. - GC 
En la Batalla del Ebro
 
El 26 agosto de 1938, Juan Negrín le nombraría coronel del Quinto Regimiento y dirigiría las operaciones militares en la batalla del Ebro que terminaría por forjar su leyenda, planteando la ofensiva y la posterior retirada, dirigiendo a los suyos con entusiasmo y gran valor, aunque, al final, sus esfuerzos fueron inútiles. Su retirada en la batallas del Ebro sería analizada y estudiada en las academias militares como un ejemplo de que hacerse para evitar un mayor número de bajas. Tras la caída de Cataluña pasaría al centro, en donde Juan Negrín le nombraría general y Jefe del Ejército del Centro el 2 de marzo de 1939, siendo así el único miliciano en llegar a la alta jerarquía militar republicana durante la guerra. Al mismo tiempo, Negrín promovió a otros líderes comunistas como Antonio Cordón y Enrique Lister a otros puestos superiores en el ejército.
 
El coronel Segismundo Casado, comandante del Ejército Republicano del Centro, se llegaría a convencer de que Juan Negrín estaba planeando un golpe de Estado comunista; por lo que, el 4 de marzo y apoyado tanto por el líder socialista Julián Besteiro como por los líderes anarquistas, daría un golpe de Estado y establecería una Junta Nacional de Defensa anti-Negrín, para seguidamente iniciar conversaciones con los rebeldes franquistas para la rendición. El 6 el marzo de 1939, el general José Miaja se uniría a la rebelión, ordenando la detención de los comunistas en la ciudad de Madrid. Era el final de la resistencia de la República al fascismo.
 
Con todo ya perdido, sería uno de los últimos en abandonar tierra española en un avión que despegaría desde Elda camino del exilio, primero hacia Latinoamérica.
 
No sin penalidades, lograría llegar a la URSS, donde completaría su formación militar otra vez en la academia Frunze, conservando su rango militar, dispuesto a luchar contra el fascismo, siendo asesor del Ejército Rojo durante la II Guerra Mundial, pues Stalin no quiso que los oficiales comunistas españoles participaran directamente en combate. Participando en la II Guerra al frente del ejército búlgaro comunista que combatió a los nazis.
Los soldados españoles del Ejército Rojo
Españoles republicanos y comunistas en el Ejército Rojo.
 
Tras acabar la II Guerra Mundial, disputó la dirección del PCE, pero sería derrotado; pasando a retirarse a vivir a Praga (Checoslovaquia), alejado de la política aunque siempre dispuesto a participar cuando el PCE le necesitaba o requería de su opinión y donde escribió su libro “Soy del Quinto Regimiento” que se publicaría en París en 1969; en el que refiriéndose a la guerra manifestaría:
 
“Cuando salimos de España, nos separamos de amigos inolvidables y camaradas entrañables, a muchos de los cuales no volveríamos a ver.
 
Siguieron en el país, volvieron a él, para proseguir en las nuevas condiciones la misión y obra del Partido en las entrañas del pueblo, en la lucha por la libertad. Ellos son nuestro orgullo. En la trayectoria seguida a través de los años, ha sido el Partido Comunista de España la fuerza política en liza permanente en defensa del pueblo.
 
Como lo fue en la guerra: el 18 de julio; en la defensa de Madrid; en la contención del desastre del Este; en la resistencia de Levante; en la gesta del Ebro. Como lo fue en las crisis que se produjeron en el curso de la guerra; crisis todas ellas mortales para cualquier régimen que no tuviera el arraigo popular de la democracia española; crisis todas ellas superadas por la voluntad de los españoles y su unidad en la lucha.
 
Sólo cuando la unidad se deteriora, las dificultades son mayores; cuando se rompe, viene la derrota. Esa es la gran enseñanza.
 
No vencimos en la guerra, porque a pesar de ser su teatro nuestro territorio nacional, sus aguas y sus cielos, era el primer episodio de la segunda guerra mundial.
 
El enemigo tuvo de su parte fuerzas y medios a discreción, con arreglo a sus necesidades, y el arsenal bélico de las potencias nazi-fascistas, organizadoras de la gran tragedia mal llamada del 39-45, porque debe llamarse del 36-45.
 
Las potencias occidentales aceptaron la intervención germano-italiana. La “No intervención”, hija del imperialismo occidental, fue socia de aquella y la Junta de Casado su hijastra.
 
Salimos de España con la cabeza alta, como la mantuvo el pueblo español.
 
En todas partes los combatientes de España se incorporaron a las filas de la resistencia, aportando su temple, su pasión, sus experiencias, a la lucha por la democracia. Hoy treinta años después, estamos orgullosos de la gesta imperecedera del pueblo español, del que somos hijos, en la guerra nacional-revolucionaria que libró contra los agresores.
 
Ellos, los agresores nacionales y extranjeros, desencadenaron la guerra , su guerra contra España, de la que se han lucrado el imperialismo y sus socios españoles. Al discurrir de los años, ya no es un secreto que la derrotada en 1936-1939 fue España, fueron sus hijos, beneficiándose el puñado de gentes de la situación y los potentados de la Banca y las finanzas nacionales y foráneas.
 
En la tragedia final de la guerra, sólo el Partido permanece enhiesto, sin claudicar, sin responsabilidad histórica en la traición que desarma la defensa, acogota la resistencia y capitula.
 
En su puesto de combate, traicionados como el pueblo, junto con el pueblo, entramos los comunistas en el período del martirologio.
 
El destino del pueblo, su suerte, es la nuestra. Sus tragedias, nos son propias, aceptadas por ser ley que nos rige, firmes y conscientes rumbo a la libertad, a la victoria indudables.
 
Esa es la razón de su existencia, la verdad del Partido.
 
Este relato, conscientemente incompleto, se refiere sólo a la guerra. Los comunistas en ella cumplimos con nuestro deber. El pueblo español por su heroísmo y su sacrificio mereció la victoria. Hacia ella, y nosotros con él, marcha con firma paso.” 
(Juan Modesto. “Soy del Quinto Regimiento”. Publicado en París en 1969).
 
Fumador impenitente, fallecería, en Praga y con 59 años, a causa de un cáncer de pulmón el 19 de abril de 1969. El acto de su homenaje funeral sería presidido por la presidenta del PCE, Dolores ibárruri, que manifestaría:
 
“Hoy 30 años después, estamos orgullosos de la gesta imperecedera del pueblo español, del que somos hijos, en la guerra nacional-revolucionaria que se libró contra los agresores (…)
 
En la tragedia del final de la Guerra, sólo el Partido permanece enhiesto, sin claudicar, sin responsabilidad histórica en la traición que desarma la defensa, acogotada la resistencia y capitula.
 
En su puesto de combate, traicionados, como el pueblo, junto con el pueblo, entramos los comunistas en el período de martirologio.
 
El destino del pueblo su suerte, es la nuestra. Sus tragedias nos son propias, aceptadas por ser la ley que nos rige, firmes, conscientes rumbo a la libertad, a la victoria indudable.
 
Esa es la razón de su existencia, la verdad del ser del Partido. (…)”.
 
A mediados del mes de diciembre de 1980, sus restos mortales serían enterrados en el cementerio civil de Madrid; en un acto al que asistirían muchos militantes del PCE, encabezados por su secretario general, Santiago Carrillo.

24 de septiembre de 2020

El Partido de la Victoria, en el combate

Por Dmitry Novikov, publicado en la web del Partido Comunista de la Federación Rusa. Traducido del ruso al francés por Danielle Bleitrach y al castellano por la AAHS.

Dmitry Novikov, vicepresidente del Comité Central del Partido Comunista de la Federación Rusa, nos explica el papel del Partido Comunista durante la Gran Guerra Patria, ante la propaganda antisoviética en la misma Rusia durante las tres últimas décadas. 

Durante las últimas tres décadas, Rusia se ha visto atrapada en las garras de la implacable propaganda antisoviética. Durante este período, se desarrollaron una serie de clichés. Muchos de ellos apuntan directamente a crear una imagen negativa del gobierno soviético y del gobernante Partido Comunista.

La historia de la Gran Guerra Patria no es una excepción. La ocupación favorita del los antisoviéticos ha sido la creación de una imagen negativa de los comisarios políticos y de los militantes del partido.

El cine pseudo-artístico los retrata obsesivamente como monstruos, imbéciles o sinvergüenzas. El mito liberal de un pueblo que habría ganado a pesar de Stalin y los comunistas sigue siendo un tema central de la propaganda. Admito que ahora no es tan omnipresente como lo era en la década de 1990. Pero de ninguna manera está descartado oficialmente.

Por desgracia, algunos representantes de la ciencia histórica se inclinan a seguir las “órdenes” del poder. Lo vimos en la víspera del centenario de la Gran Revolución de Octubre. Fue en ese momento que el término “La Gran Revolución Rusa” se promovió constantemente en la historiografía rusa. El objetivo es simple: disolver el significado de octubre de 1917 en el flujo general de los acontecimientos turbulentos de su tiempo, para demostrar que el resultado de la revolución socialista no fue la construcción, sino una guerra civil fratricida. En resumen, ésta fue el resultado inevitable de la llegada al poder de los bolcheviques. Y los intervencionistas extranjeros y sus cómplices en la Guardia Blanca, por supuesto, no tuvieron ninguna responsabilidad en ello.

En definitiva, junto a descaradas mentiras, también contamos con ingeniosas combinaciones para completar el arsenal de quienes se divierten rehaciendo la historia.

El lenguaje de los hechos

En junio de 1941, el PCUS (b) tenía 3,9 millones de miembros. En el momento del traicionero ataque de la Alemania fascista a la URSS, el Partido Comunista desempeñaba plenamente el papel de vanguardia política y moral de la sociedad soviética.

Un hecho curioso e importante: en términos de composición por edades, era un partido joven. Los comunistas menores de 35 años constituían el 62% del total. La gran mayoría de los miembros del PCUS (b) eran personas políticamente ilustradas y altamente motivadas ideológicamente.

Durante el primer año de guerra, en general y por una movilización especial, el partido envió más del 40% de los efectivos de preguerra de sus organizaciones territoriales al Ejército Rojo y la Armada. Y eso supone más de 1.344.000 personas. El trabajo político realizado fortaleció al ejército y aumentó considerablemente su efectividad en el combate. Luchando heroicamente contra un enemigo despiadado, el soldado soviético frustró los planes de la Blitzkrieg nazi. Esto quedó claro desde los primeros meses de una encarnizada batalla.

Decenas de miles de comunistas permanecieron voluntariamente en el territorio ocupado por el enemigo. El 18 de julio de 1941, el Comité Central del Partido Comunista de los Bolcheviques adoptó una decisión “Sobre la organización de la lucha en la retaguardia de las tropas alemanas”. El documento define las tareas de preparación para la acción clandestina y las acciones partisanas. El Comité Central creó una comisión especial para dirigir la clandestinidad. También se formó una sede central del movimiento partisano.

A fines de 1941, más de 65.000 comunistas operaban en el territorio ocupado por el enemigo. Al mismo tiempo, de los 69.000 militantes del partido que no tuvieron tiempo de ser evacuados y permanecieron en la zona ocupada, una gran parte pudo organizarse para combatir a los invasores.

Los invasores establecieron un despiadado régimen de terror. Al mismo tiempo, intentaron influir ideológicamente en la población. Con este fin, los nazis apoyaron activamente a los traidores, ayudaron a formar grupos pro-fascistas y nacionalistas, crearon una apariencia de colaboración multipartidista. El “laboratorio” del Dr. Goebbels suministraba regularmente al cuerpo de ocupación material de propaganda en ruso. Pero los intentos de despertar un sentimiento antisoviético generalizado fracasaron.

Con la simpatía y el apoyo de la población civil, los partisanos y los miembros de la clandestinidad asestaron golpes importantes al enemigo. Atacaron las guarniciones alemanas, sabotearon los ferrocarriles, juzgaron a los traidores. Sus esfuerzos liberaron a ciudades y regiones enteras de los fascistas.

A la vanguardia de la lucha

Con el inicio de la agresión nazi, fueron los comunistas quienes se encargaron de organizar la lucha contra los invasores. En el período más difícil de la guerra, el Partido Comunista dio a los pueblos de la URSS un excelente ejemplo de altruismo y sacrificio. En los intensos combates de 1941, alrededor de 634.000 miembros del partido cayeron, murieron a causa de sus heridas o desaparecieron.

Los órganos dirigentes del PCUS (b) asumieron una carga colosal para organizar una rebelión popular contra los invasores. Casi la mitad de la composición del Comité Central se concentró en el trabajo militar y político-militar. Numerosos secretarios del Comité Central de los Partidos Comunistas de la Unión, de las Repúblicas, de los Distritos y de los Comités Regionales se convirtieron en miembros de los consejos militares de los frentes y ejércitos.

Toda una pléyade de comandantes gloriosos, los mariscales de la victoria, consideraban un honor pertenecer al partido de Lenin. La organización de la defensa y la derrota del enemigo fueron aseguradas por la más alta dirección de la Unión Soviética y el partido, encabezada por Stalin. Como señaló Molotov: “Si no hubiera sido por Stalin, no sé qué nos habría pasado. El papel de Stalin fue crucial. Stalin dirigía no solo el ejército, sino también el país en guerra.”

El liderazgo del sistema de órganos del partido en el ejército estuvo a cargo de la Dirección Política Principal del Ejército Rojo. En la estructura del Comité Central del Partido Comunista de los Bolcheviques, actuaba como un departamento bajo la dirección del candidato a miembro del Politburó, el secretario del Comité Central Scherbakov, quien trabajó al límite de sus fuerzas, hasta el punto de sobrevivir a la guerra únicamente por un día: murió el 10 de mayo de 1945.

En la retaguardia de la Wehrmacht, había comités regionales clandestinos, comités de ciudad y comités de partidos de distrito. Lo mismo ocurría con el Komsomol [Unión de Juventudes Comunistas]. El trabajo de las organizaciones clandestinas del partido fue dirigido por 26 secretarios de comités regionales, 539 secretarios de comités de ciudad y comités de distrito del PCUS (B). En Ucrania y Bielorrusia actuaron clandestinamente los comités centrales republicanos. En muchos grupos, los comunistas constituían el 20% de los miembros. Aproximadamente el 30% de todos los partisanos eran miembros del Komsomol.

En el verano de 1943, más de 200.000 kilómetros cuadrados de territorio soviético en la retaguardia de los nazis estaban bajo el control total de los partisanos. Las áreas liberadas se convirtieron en vastos territorios partisanos. Su rasgo característico era: la eliminación y “retirada” de las unidades militares del enemigo, la supresión de sus instituciones de ocupación y la restauración de los órganos del poder soviético. El papel principal aquí lo desempeñó la autoridad, la influencia y la organización de los comunistas.

En total, más de la mitad de la composición del PCUS (b) participó en la lucha armada contra el fascismo. Aproximadamente 2 millones de hijos del partido murieron en el combate, murieron a causa de sus heridas, y fueron declarados desaparecidos.

El Partido Comunista luchó y construyó, pereció y ganó. Produjo guerreros y trabajadores incansables, ascetas y genios, mártires y héroes a los ojos del mundo entero. Las palabras escritas en una hoja de papel gris: “Por favor, considérenme como un comunista” no eran un mito de la propaganda soviética. Durante los cuatro años de la guerra, el papel de la dirección y la autoridad del partido en la sociedad aumentaron considerablemente.

Como dijo Rokossovsky: “Solo un pueblo que honra a sus héroes puede ser llamado grande”. El pueblo soviético conocía el precio de la hazaña. El heroísmo de los miembros del partido fortaleció su autoridad e influencia y acrecentó el significado social del nombre comunista.

Luchar y construir

Después de haber enviado a sus mejores cuadros al frente, las organizaciones del partido mantuvieron una importancia clave en la retaguardia. Los comunistas jugaron un papel muy importante en el despliegue de una nueva base militar-industrial en el este del país.

Durante los años de guerra, más de 2.000 empresas industriales se trasladaron a las regiones orientales. Según Gueorgui Zhukov, “fue una obra épica incomparable, sin la cual nuestra victoria sobre un enemigo implacable habría sido absolutamente imposible”. Tras una evacuación exitosa de la población en la primavera de 1942, hasta 8 millones de personas fueron desplazadas desde las regiones occidentales del país. Estas personas no solo proporcionaban trabajo en las empresas evacuadas y de nueva creación. También quedaban a salvo de la perspectiva del exterminio físico.

El Partido siguió creando. Se construyeron 3.500 nuevas empresas industriales en el país. A mediados de 1942, la reestructuración de la economía sobre una base militar estaba casi completada. En marzo de 1942, la industria en el este de la URSS producía tanto como todo el país durante los meses anteriores a la guerra.

Durante los años de guerra, la composición del partido se actualizó considerablemente. Los comunistas caídos fueron reemplazados por otros nuevos. 3,3 millones de personas se convirtieron en miembros del partido, más de 5 millones se convirtieron en candidatos. Al unirse al PCUS (b) en un momento tan difícil, los ciudadanos soviéticos expresaban su deseo personal de estar a la vanguardia de los defensores de la patria socialista.

Junto con todo el pueblo

En los días de esta feroz batalla contra el fascismo, el Partido de los Comunistas Soviéticos compartió plenamente el sufrimiento del pueblo combatiente. Basta recordar el destino de los hijos de los miembros del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de los Bolcheviques.

Los dos hijos de Stalin sirvieron en el ejército. El hijo mayor, Yákov, al mando de la batería de un regimiento de obuses, llegó al frente dos días después del comienzo de la guerra. A mediados de julio de 1941, rodeado, Yakov Djougachvili fue capturado. En el campo de concentración, se negó a cooperar con los nazis y, según los datos existentes, murió en 1943 mientras intentaba escapar del campo de Sachsenhausen. El segundo hijo de José Stalin, Vassili era piloto de combate y luchó desde el verano de 1942. Tiene en su haber dos aviones enemigos derribados personalmente y tres en su grupo. Después de una herida grave, Vassili fue trasladado al cuerpo de pilotos instructores.

En la familia de Mikoyan crecieron tres hijos: Stepan, Vladímir y Alexéi. Todos eran pilotos militares y lucharon en el frente. Vladímir murió en la batalla de Stalingrado en 1942. El hijo de un miembro del Politburó del Comité Central del PCUS (b), Andreyev, Vladímir era piloto en la aviación de bombarderos de largo alcance.

Sergo, hijo del Comisario del Pueblo del Interior Beria durante la guerra, se graduó en una escuela de reconocimiento y recibió la especialidad de operador de radio. Participó en operaciones en el norte de Irán y en el Kurdistán. Aquí, las tropas soviéticas, junto con las británicas, impidieron la invasión de Alemania que quería apoderarse de los campos petroleros. En los años 1944-1945, Sergo Beria sirvió en unidades del 4º y 1º frentes ucranianos.

Kliment Voroshilov y su esposa habían criado niños constituyéndose en hogar de acogida. Uno de ellos, Pyotr, fue diseñador de tanques y trabajó en el famoso Chelyabinsk Tankograd. Timur Frunze, hijo de un líder militar soviético que murió en 1925, también se crió en la familia Voroshilov. Como piloto militar, murió heroicamente en una batalla aérea durante la Batalla de Moscú.

Los representantes de los más altos líderes de la URSS no protegieron a sus hijos de la participación en las hostilidades, no buscaron lugares cálidos y posiciones ventajosas para ellos. La unidad del partido y del pueblo no era solo una consigna.

Unidad de voluntad, unidad de propósito

En 1945, más de 3 millones de comunistas combatían en el ejército y la marina. Casi dos tercios del partido eran comunistas que se habían unido a él durante los años de guerra. El partido combatiente se convirtió en el organizador y el inspirador de las victorias militares y obreras.

En relación con la derrota de los nazis cerca de Stalingrado, el antiguo rector de la catedral de Canterbury y una figura pública muy conocida en Occidente, Hullet Johnson, dijo: “Sin un partido así, la Rusia soviética no podría haber resistido a los golpes del ejército alemán ni mantener la unidad de voluntad y objetivos durante esos terribles meses de derrota y retirada que siguieron al ataque de Hitler… Otros países se desmoronaron bajo golpes infinitamente más débiles. Fue la voluntad de Rusia, encarnada en su Partido Comunista, la que salvó a Rusia y al mundo en 1941 y 1942″.

Durante la guerra, el Partido Bolchevique actuó como una fuerza de cimentación para el pueblo soviético. El papel clave aquí lo jugó la combinación de los principios de patriotismo e internacionalismo en las actividades del PCUS (b). Las esperanzas de Hitler de una escisión en la sociedad soviética sobre una base nacional fracasaron por completo. Con este propósito, los ideólogos del fascismo desarrollaron e implementaron todo un sistema. Pero la composición multinacional de la sociedad soviética no se convirtió en base para una colaboración masiva. La situación en la URSS era muy diferente de la de los países de Europa que obedecían fácilmente a la Alemania nazi.

El carácter verdaderamente nacional de la Gran Guerra Patria fue garantizado por la ausencia de estratificación de clases sociales en la Unión Soviética. La solidez de las masas, su disposición al sacrificio sirvieron a la victoria común. Inextricablemente ligado al pueblo, el Ejército Rojo posee altas cualidades morales y de combate. Las vastas capacidades de movilización del sistema económico planificado permitieron asegurar el funcionamiento ininterrumpido de todo el mecanismo económico. A pesar de las grandes pérdidas territoriales, al frente se le dotó de todo lo necesario.

En los años de la batalla cruenta contra el fascismo, el Partido Comunista estaba a la altura de los desafíos. Cumplió su destino histórico. La experiencia colosal de la lucha política y del trabajo creativo lo preparó para soportar pruebas increíbles, para organizar a las masas para la lucha y la victoria.

Los comunistas en la práctica confirmaron las palabras de Lenin de que en una lucha armada contra las fuerzas de la reacción, “el partido ideal del proletariado es un partido de combate”. El Partido Comunista de los bolcheviques de toda la Unión se convirtió en una fuerza así. Combinó el papel de gran estratega y de soldado heroico. Y llevó al gran pueblo soviético a la gran victoria sobre el fascismo.

 

Enlaces originales:

https://kprf.ru/party-live/cknews/194136.html

https://histoireetsociete.com/2020/05/08/le-parti-de-la-victoire-au-combat-par-dmitri-novikov-vice-president-du-comite-central-du-parti-communiste-russe/

23 de septiembre de 2020

El Frente Polisario insta a la ONU fijar una fecha para la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental.

Por Salem Mohamed, publicado en EC Saharaui

La representante del Frente Polisario en Ginebra, Maima Abdeslam, llamó hoy jueves a la Asamblea General de las Naciones Unidas a fijar una fecha para la celebración del referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, informa APS.

“La naturaleza jurídica y política del problema del Sáhara Occidental, como cuestión de descolonización, es inequívoca", señaló la representante del Frente Polisario ante las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales en Ginebra en un memorando sobre la cuestión del Sáhara Occidental.

"Por tanto, la Asamblea General de las Naciones Unidas debe fijar una fecha para la celebración de un referéndum de autodeterminación para que el pueblo del saharaui pueda ejercer libremente su derecho inalienable a la libre determinación y la independencia, de conformidad con los principios de las cartas las Naciones Unidas relacionados con la descolonización", recalaca Abdeslam.

A este respecto, Maima Abdeslam enfatizó que "cualquier retraso en el ejercicio de este derecho "sólo complicará la situación sobre el terreno y correrá el riesgo de desestabilizar aún más la situación volátil de la región".

La funcionaria saharaui señaló que después de 29 años desde el establecimiento de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) para implementar el plan de arreglo conjunto de las Naciones Unidas y la Organización de la Unidad Africana, que las dos partes aceptaron, el Frente Polisario y Marruecos, en 1988 y aprobado por el Consejo de Seguridad en 1990 y 1991, "no h
a cumplido hasta ahora el mandato para el que se estableció esa misión, que consiste en celebrar un referéndum libre y justo en virtud del cual el pueblo del Sáhara Occidental pueda ejercer su derecho inalienable a la libre determinación y la independencia, poniendo así fin al colonialismo en la última colonia de África".

Maima lamentó que, desde la dimisión del ex Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, el ex presidente alemán Horst Kohler, en mayo de 2019, el Consejo de Seguridad no haya hecho nada para reactivar el proceso de paz de la ONU. Por el contrario, el Consejo "apoyó" una serie de acciones provocadoras y desestabilizadoras llevadas a cabo por la ocupación marroquí; la apertura ilegal de consulados en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. 

El Consejo no condena las flagrantes violaciones por Marruecos del alto el fuego y el acuerdo militar. (No. 1).

Las continuas violaciones del alto el fuego por parte de Marruecos provocó, añade la diplomática saharaui en la misma nota, el bloqueo actual en el proceso de paz auspiciado por Naciones Unidas en el Sáhara Occidental, y la demora en el nombramiento de un nuevo enviado personal exacerbó este "estado de parálisis".

Continúan las violaciones marroquíes en flagrante desafío al derecho internacional.

Mientras tanto, Marruecos sigue cometiendo violaciones masivas de derechos humanos en el Sáhara Occidental ocupado, donde los civiles saharauis son sometidos constantemente a detenciones arbitrarias, torturas, detenciones ilegales, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.

"Algunas de estas violaciones han sido documentadas por organizaciones internacionales y africanas de derechos humanos, pero la gran mayoría se cometen lejos de la supervisión internacional, debido al bloqueo mediático y al asedio militar impuesto a las zonas ocupadas del Sahara Occidental", explica la Sra. Abdelsalam.

A pesar de los repetidos llamamientos de los defensores internacionales de los derechos humanos y del pueblo saharaui, "el Consejo de Seguridad no autorizó a la misión (MINURSO) vigilar las violaciones de derechos humanos en el Sáhara Occidental", lamenta Maima.


En consecuencia, la representante del Frente Polisario en Ginebra pidió a las Naciones Unidas y a sus estados miembros "que tomen las medidas necesarias, individual y colectivamente, para obligar a Marruecos a poner fin a su ocupación ilegal de partes de la RASD en aras de la paz y la seguridad regionales".

"La RASD, que fue establecida el 27 de febrero de 1976, es miembro fundador de la Unión Africana y ejerce la soberanía total sobre los territorios liberados del Sáhara Occidental", ha recordado Maima.

La RASD posee completas instituciones estatales que brindan servicios públicos a todos los ciudadanos saharauis. También creó una sociedad moderna basada en los valores de la justicia social, la democracia, la igualdad de género, la tolerancia y el estado de derecho.

"El pueblo saharaui puede estar orgulloso de haber construido una sociedad abierta y democrática donde todos los ciudadanos pueden participar plenamente en los asuntos públicos y donde las mujeres juegan un papel fundamental en todos los aspectos de la vida política, social y económica", recalcó, y señaló que las tasas de alfabetización del pueblo saharaui se encuentran entre las más altas del continente.

En la misma nota, señaló los esfuerzos constantes de la RASD, en coordinación con sus vecinos, para disuadir y prevenir cualquier actividad ilegal relacionada con el crimen organizado transnacional y otras amenazas a la seguridad, sobre la base de sus obligaciones como estado miembro de la Unión Africana. 
 
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