11 de agosto de 2011

La realidad paralela




Por Artiom Serguéyev, para Kommunist.com.ua

Traducido del ruso por Josafat S. Comín


La realidad paralela es un mundo que de algún modo, existe a la vez que el nuestro. Esta realidad autónoma puede tener distinta extensión: desde una región geográficamente pequeña, hasta el universo entero. En ese mundo paralelo los acontecimientos se desarrollan a su manera, pudiendo diferenciarse de nuestro mundo tanto en detalles aislados, como de un modo cardinal, e incluso puede ser idéntico al nuestro. Las leyes físicas y demás del mundo paralelo no necesariamente deben ser análogas a las leyes de nuestro mundo.
Los mundos paralelos pueden ser tanto absolutamente independientes uno de otro, como actuar recíprocamente. En este segundo supuesto, la reciprocidad puede residir bien en la posibilidad, -bajo determinadas circunstancias- de penetrar de un mundo al otro, bien en la existencia en estos mundos de lugares entrecruzados.

En la gran cantidad que hay de obras de ciencia-ficción no se da ninguna explicación a la naturaleza de los mundos paralelos; su existencia y propiedades simplemente se constata. Ucrania es un país único: mientras los científicos de todo el mundo intentan encontrar alguna pequeña prueba que confirme la fantástica teoría de los mundos paralelos y esos visionaros se devanan los sesos para poder explicar su naturaleza, en nuestro país, la realidad paralela existe realmente. Más aún, nosotros, ciudadanos de Ucrania, poseemos el sagrado conocimiento de cómo se formó ese pequeño mundo paralelo ucraniano, que parasita del nuestro, enorme y real. Lo podemos ver, oír e incluso palpar. Conocemos perfectamente cuál es el portal, por el que nuestros conciudadanos se teletransportan a esa otra dimensión, para convertirse luego en habitantes del Olimpo. Ese portal se llama poder.

Aquellos a los que hemos enviado por voluntad propia de viaje a ese otro mundo, ya prácticamente no regresan de allí. La comunicación real se pierde a menudo en ese mismo instante en que su silueta se difumina en el portal del poder. Posteriormente, podemos disfrutar de la comunicación con los nuevos representantes del mundo paralelo principalmente de modo virtual, mediante la radio y las telecomunicaciones. Pero esa comunicación va en una sola dirección. Nosotros les gritamos a través de las pantallas de la tele, pero ellos no nos escuchan. Vemos como pasan cerca de nosotros sus muy reales automóviles, podemos tocar las paredes de sus palacios, podemos trabajar en sus empresas, pero los amos de todo eso dejan de existir físicamente en nuestro mundo, y aparecen de vez en cuando únicamente en forma de hologramas. Además en un momento muy concreto. Ese momento se llama nuevas elecciones en la realidad paralela.

La noche del 7 al 8 de julio en ese mundo paralelo al nuestro que es la Rada (parlamento ucraniano) fue aprobada una de las más antisociales e inhumanas de las leyes aprobadas en las dos décadas de independencia de Ucrania: la reforma de las pensiones. Sin duda, los sucesos de esa noche, como un Poltergeist se abalanzarán sobre millones de mortales ucranianos, que pegados a la pantalla esa noche, rezaban, se tomaban un “valium” y confiaban en que los árbitros de los destinos de la realidad paralela recapacitasen. Pero no recapacitaron.
Pic, pic, pic, resuena el zumbador del marcador electrónico de votaciones del parlamento. “Enmienda rechazada” constata el Presidente de la Rada. Pic, pic, pic. “Ni tristeza, ni amor, ni compasión”, se fusiona con el zumbador parlamentario de esa dimensión paralela, una cancioncilla del mundo real. Es la banda sonora de la película “Svólochi” (canallas), igual de falsa que toda nuestra vida actual.

De las 863 enmiendas presentadas al proyecto gubernamental de la Reforma de las pensiones gracias a los esfuerzos del Partido de las Regiones y su “picana”, fueron aprobadas solo ¡10!. Esas enmiendas ignoradas por la mayoría parlamentaría podrían haber sido un parachoques entre la maquina de genocidio estatal que se viene encima y los sencillos jubilados. “Ni tristeza, ni amor, ni compasión”. El inhumano proyecto “Sobre las medidas para garantizar la reforma legislativa del sistema de pensiones”, fue aprobado el 8 de julio de 2011, a la 1:30 de la noche, con los votos de 248 diputados. “En contra” solo votaron 66 personas. Este día negro, entrará en la historia de Ucrania, pues los resultados de la votación de aquella terrible noche, los van a cosechar, no solo los jubilados de ahora, sino también los que nacieron esa noche. Muchas generaciones de desafortunados y condenados ucranianos.

Los habitantes de Ucrania tienen muy poca memoria. Seguramente sea una patología nacional. Ya se sabe que con los años se pierde memoria. Por eso nos gustaría de verdad pensar que los jubilados y la gente de más edad, que son uno de los grupos más electoralmente activos, recuerden quienes son sus héroes de esa realidad paralela.

A favor de esa reforma de las pensiones, conocida popularmente como la “reforma de los muertos”, votaron 188 diputados del Partido de las Regiones. Les respaldaron 11 diputados del grupo “Nuestra Ucrania”, 18 de “Reformas para el futuro”, 20 del Partido Popular y 11 diputados que no pertenecen a ningún grupo. Ni tristeza, ni amor, ni compasión.
Como resultado de esta votación, la edad de jubilación para las mujeres, a partir del 1 de septiembre de 2011 aumenta de los 55 a los 60 años. La cantidad mínima de años trabajados que darán derecho a pensión pasa de los 5 a los 15, y el periodo de cálculo pasa de los 20 a los 30 en el caso de las mujeres y de los 25 a los 35 para los hombres. Y esto es solo la cima del iceberg del cinismo.

En vano confían muchos de los jubilados actuales que sobrevivirán con las pensiones que perciben hoy. Todas las premisas están dadas para que esas pensiones de miseria también se vean recortadas.

Les recuerdo, que el día en que se adoptó “la reforma para los muertos”, en prácticamente todas las ciudades de Ucrania el Partido Comunista organizó actos de protesta. Los comunistas junto con el pueblo acudieron ese día frente a las instituciones locales. Sabedores de la crueldad con la que se ha abierto paso la “reforma de los muertos”, al menos confiaban en que el gobierno haría algunas concesiones. En vano. Tras el murmullo de las grandes sumas de dinero, los lamentos no se oyen…Un solo crédito del FMI, por ridículo que sea, pesa más que la vida de millones de personas. Ni tristeza, ni amor, ni compasión.
Ese insignificante mundo paralelo puede influir mucho en nuestras vidas, mientras que nosotros en la suya no. Incluso da la impresión de que ese mundo creado por nosotros, lleva a cabo una guerra de exterminio contra nosotros. Es un absurdo, pero es nuestra realidad. La montaña ha parido un ratón…Lo absurdo se ha convertido en nuestra ideología, en nuestro modo de vida. Por desgracia.

Nota de la T.

La esperanza media de vida en Ucrania es de 68 años, 74 años para las mujeres y 62 para los hombres. Ucrania ocupa el puesto 150 en el mundo en este apartado. No es de extrañar que hayan bautizado la ley como “La reforma para los muertos”.

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