29 de agosto de 2010
Cuba y Corea Democrática celebran 50 años de alianza
Cuba y Corea Democrática continuarán fortaleciendo sus vínculos y posiciones comunes en la arena internacional, en particular su decisión de mantener el socialismo como sistema político.
Las actividades por el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y la República Popular Democrática de Corea comenzaron este miércoles en la Isla con la inauguración de una exposición artística que recuenta la historia y tradiciones de ambas naciones.
Entre los principales atractivos de la muestra resaltan las distintas fotografías de las visitas del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, a Pyongyang así como libros, diversas publicaciones y artesanías que evidencian las diversas manifestaciones culturales del país asiático.
En este sentido, el embajador coreano en Cuba, Kwon Sung Chol, resaltó la trascendencia de los nexos bilaterales en todos estos años.
Asimismo, el diplomático aseguró que Cuba y la RPDC continuarán fortaleciendo sus vínculos y posiciones comunes en la arena internacional, en particular su decisión de mantener el socialismo como sistema político.
A su vez, Sung Chol adelantó que en 2012 se festejará en su país el centenario del nacimiento del líder Kim Il Sung, quien sentó las bases revolucionarias y patrióticas en esa nación asiática.
Cuba y la República Popular Democrática de Corea establecieron relaciones diplomáticas el 29 de agosto de 1960, que será celebrado con un acto político-cultural el próximo viernes en la Sala Universal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de esta capital.
22 de agosto de 2010
La construcción de monumentos por la RPDC para los pueblos africanos
Monumento a Laurent Kabila, líder de la Revolución Congoleña, fundador de la República Democrática del Congo y asesinado por el imperialismo
Monumento a los Héroes Nacionales de la lucha contra el régimen colonial blanco en Zimbabwe. 250 obreros locales trabajaron junto a los coreanos. El granito negro empleado fue traído de Mutoko a 250 km. al noreste de Harare, la capital
Los pueblos africanos requieren a Corea Popular para que les construyan sus monumentos mas importantes
Por Julio Tuñon Osorio
Dumitru Prunariu, cuando Rumanía viajaba a las estrellas
El 12 de mayo de 1981, Dumitru Prunariu es confirmado como el candidato rumano que irá al espacio, junto con el coronel Leonid Popov, cosmonauta experimentado que ya habia participado en un vuelo espacial de 186 dias, a bordo de la estación cósmica "Saliut-6". Los cosmonautas Dumitru Dediu, rumano, y Yuri Romanenko, soviético, fueron nombrados miembros de la tripulación de reserva.
http://imbratisare.blogspot.com/2010/06/dumitru-prunariu-cuando-rumania-viajaba.html
Felicitación de la camarada Nina Andreeva al Comandante Fidel Castro
www.vkpb.ru
Al Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, miembro del Parlamento de la República de Cuba, Comandante legendario, camarada Fidel Castro Ruz
La Habana, República de Cuba
¡Muy estimado camarada Fidel Castro Ruz!
En nombre del CC del Partido Comunista Bolchevique de toda la Unión y en el mío propio, le felicito cordialmente con motivo del día de su cumpleaños ( 13 de Agosto).
Le felicito a Usted revolucionario legendario, político sabio de la actualidad, gran pensador, publicista de talento y apasionado, ferviente combatiente por un mundo justo, por la democracia y el socialismo, propagandista activo de las ideas por un mundo sin armas nucleares y por la salvación de la civilización en la Tierra de la locura imperialista americana.
Le deseo buena salud y largos años de vida activa por el Bien del pueblo de Cuba y de toda la humanidad progresista.
Esperamos de Usted sus nuevas reflexiones que como siempre contienen un análisis profundo de los complejos problemas del agitado mundo actual.
Con un sincero respeto
N.A. Andreeva
21 de agosto de 2010
Las dos coreas (II)
El 19 de octubre de 1950 más de 400 mil combatientes voluntarios chinos, cumpliendo las instrucciones de Mao Zedong, cruzaron el Yalu y salieron al paso de las tropas de Estados Unidos que avanzaban hacia la frontera china. Las unidades norteamericanas, sorprendidas por la enérgica acción del país al que habían subestimado, se vieron obligadas a retroceder hasta las proximidades de la costa sur, bajo el empuje de las fuerzas combinadas de chinos y coreanos del Norte. Stalin, que era sumamente cauteloso, prestó una cooperación mucho menor que lo que esperaba Mao, aunque valiosa, mediante el envío de aviones MiG-15 con pilotos soviéticos, en un frente limitado de 98 kilómetros, que en la etapa inicial protegieron a las fuerzas de tierra en su intrépido avance. Pyongyang fue de nuevo recuperado y Seúl ocupado otra vez, desafiando el incesante ataque de la fuerza aérea de Estados Unidos, la más poderosa que ha existido nunca.
MacArthur estaba ansioso por atacar a China con el empleo de las armas atómicas. Demandó su uso tras la bochornosa derrota sufrida. El presidente Truman se vio obligado a sustituirlo del mando y nombrar al general Matthews Ridgway como jefe de las fuerzas de aire, mar y tierra de Estados Unidos en el teatro de operaciones. En la aventura imperialista de Corea participaron, junto a Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Grecia, Canadá, Turquía, Etiopía, Sudáfrica, Filipinas, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Colombia. Este país fue el único participante por América Latina, bajo el gobierno unitario del conservador Laureano Gómez, responsable de matanzas masivas de campesinos. Con ella, como se vio, participaron la Etiopía de Haile Selassie, donde todavía existía la esclavitud, y la Sudáfrica gobernada por los racistas blancos.
Hacía apenas cinco años que la matanza mundial iniciada en septiembre de 1939 había concluido, en agosto de 1945. Después de sangrientos combates en el territorio coreano, el Paralelo 38 volvió a ser el límite entre el Norte y el Sur. Se calcula que murieron en esa guerra cerca de dos millones de coreanos del Norte, entre medio millón o un millón de chinos y más de un millón de soldados aliados. Por parte de Estados Unidos perdieron la vida alrededor de 44 mil soldados; no pocos de ellos eran nacidos en Puerto Rico u otros países latinoamericanos, reclutados para participar en una guerra a la que los llevó la condición de inmigrantes pobres.
Japón obtuvo grandes ventajas de esa contienda; en un año, la manufactura creció un 50%, y en dos recuperó la producción alcanzada antes de la guerra. No cambió, sin embargo, la percepción de los genocidios cometidos por las tropas imperiales en China y Corea. Los gobiernos de Japón han rendido culto a los actos genocidas de sus soldados, que en China habían violado a decenas de miles de mujeres y asesinaron brutalmente a cientos de miles de personas, como ya se explicó en una reflexión.
Sumamente laboriosos y tenaces, los japoneses han convertido su país, desprovisto de petróleo y otras materias primas importantes, en la segunda potencia económica del mundo.
El PIB de Japón, medido en términos capitalistas ―aunque los datos varían según las fuentes occidentales―, asciende hoy a más de 4,5 millones de millones de dólares, y sus reservas en divisas alcanzan más de un millón de millones. Es todavía el doble del PIB de China, 2,2 millones de millones, aunque ésta posee un 50% más de reservas en moneda convertible que ese país. El PIB de Estados Unidos, 12,4 millones de millones, con 34,6 veces más territorio y 2,3 veces más población, es apenas tres veces mayor que el de Japón. Su gobierno es hoy uno de los principales aliados del imperialismo, cuando éste se halla amenazado por la recesión económica y las armas sofisticadas de la superpotencia se esgrimen contra la seguridad de la especie humana.
Son lecciones imborrables de la historia.
La guerra, en cambio, afectó considerablemente a China. Truman dio órdenes a la VI Flota de impedir el desembarco de las fuerzas revolucionarias chinas que culminarían la liberación total del país con la recuperación del 0,3 por ciento de su territorio, que había sido ocupado por el resto de las fuerzas pro yanquis de Chiang Kai‑shek que hacia allí se fugaron.
Las relaciones chino-soviéticas se deterioraron después, tras la muerte de Stalin, en marzo de 1953. El movimiento revolucionario se dividió en casi todas partes. El llamamiento dramático de Ho Chi Minh dejó constancia del daño ocasionado, y el imperialismo, con su enorme aparato mediático, atizó el fuego del extremismo de los falsos teóricos revolucionarios, un tema en el que los órganos de inteligencia de Estados Unidos se convirtieron en expertos.
A Corea del Norte le había correspondido, en la arbitraria división, la parte más accidentada del país. Cada gramo de alimento tenía que obtenerlo a costa de sudor y sacrificio. De Pyongyang, la capital, no quedó piedra sobre piedra. Un elevado número de heridos y mutilados de guerra debían ser atendidos. Estaban bloqueados y sin recursos. La URSS y los demás Estados del campo socialista se reconstruían.
Cuando llegué el 7 de marzo de 1986 a la República Popular Democrática de Corea, casi 33 años después de la destrucción que dejó la guerra, era difícil creer lo que allí sucedió. Aquel pueblo heroico había construido infinidad de obras: grandes y pequeñas presas y canales para acumular agua, producir electricidad, abastecer ciudades y regar los campos; termoeléctricas, importantes industrias mecánicas y de otras ramas, muchas de ellas bajo tierra, enclavadas en las profundidades de las rocas a base de trabajo duro y metódico. Por falta de cobre y aluminio se vieron obligados a utilizar incluso hierro en líneas de transmisión devoradoras de energía eléctrica, que en parte procedía de la hulla. La capital y otras ciudades arrasadas fueron construidas metro a metro. Calculé millones de viviendas nuevas en áreas urbanas y rurales y decenas de miles de instalaciones de servicios de todo tipo. Infinitas horas de trabajo estaban convertidas en piedra, cemento, acero, madera, productos sintéticos y equipos. Las siembras que pude observar, dondequiera que fui, parecían jardines. Un pueblo bien vestido, organizado y entusiasta estaba en todas partes, recibiendo al visitante. Merecía la cooperación y la paz.
No hubo tema que no discutiera con mi ilustre anfitrión Kim Il Sung. No lo olvidaré.
Corea quedó dividida en dos partes por una línea imaginaria. El Sur vivió una experiencia distinta. Era la parte más poblada y sufrió menos destrucción en aquella guerra. La presencia de una enorme fuerza militar extranjera requería el suministro de productos locales manufacturados y otros, que iban desde la artesanía hasta las frutas y vegetales frescos, además de los servicios. Los gastos militares de los aliados eran enormes. Lo mismo ocurrió cuando Estados Unidos decidió mantener indefinidamente una gran fuerza militar. Las transnacionales de Occidente y de Japón invirtieron en los años de la Guerra Fría considerables sumas, extrayendo riquezas sin límites del sudor de los surcoreanos, un pueblo igualmente laborioso y abnegado como sus hermanos del Norte. Los grandes mercados del mundo estuvieron abiertos a sus productos. No estaban bloqueados. Hoy el país alcanza elevados niveles de tecnología y productividad. Ha sufrido las crisis económicas de Occidente, que dieron lugar a la adquisición de muchas empresas surcoreanas por las transnacionales. El carácter austero de su pueblo le ha permitido al Estado la acumulación de importantes reservas en divisas. Hoy soporta la depresión económica de Estados Unidos, en especial los elevados precios de combustibles y alimentos, y las presiones inflacionarias derivadas de ambos.
El PIB de Corea del Sur, 787 mil 600 millones de dólares, es igual al de Brasil (796 mil millones) y México (768 mil millones), ambos con abundantes recursos de hidrocarburos y poblaciones incomparablemente mayores. El imperialismo impuso a las mencionadas naciones su sistema. Dos quedaron rezagadas; la otra avanzó mucho más.
De Corea del Sur apenas emigran a Occidente; de México, lo hacen en masa hacia el actual territorio de Estados Unidos; de Brasil, Suramérica y Centroamérica, a todas partes, atraídos por la necesidad de empleo y la propaganda consumista. Ahora los retribuyen con normas rigurosas y despectivas.
La posición de principios sobre las armas nucleares suscrita por Cuba en el Movimiento de Países No Alineados, ratificada en la Conferencia Cumbre de La Habana en agosto de 2006, es conocida.
Saludé por primera vez al actual líder de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong-il, cuando arribé al aeropuerto de Pyongyang y él estaba discretamente situado a un lado de la alfombra roja cerca de su padre. Cuba mantiene con su gobierno excelentes relaciones.
Al desaparecer la URSS y el campo socialista, la República Popular Democrática de Corea perdió importantes mercados y fuentes de suministros de petróleo, materias primas y equipos. Al igual que para nosotros, las consecuencias fueron muy duras. El progreso alcanzado con grandes sacrificios se vio amenazado. A pesar de eso, mostraron la capacidad de producir el arma nuclear.
Cuando se produjo hace alrededor de un año el ensayo pertinente, le transmitimos al Gobierno de Corea del Norte nuestros puntos de vista sobre el daño que ello podía ocasionar a los países pobres del Tercer Mundo que libraban una lucha desigual y difícil contra los planes del imperialismo en una hora decisiva para el mundo. Tal vez no fuera necesario hacerlo. Kim Jong-il, llegado a ese punto, había decidido de antemano lo que debía hacer, tomando en cuenta los factores geográficos y estratégicos de la región.
Nos satisface la declaración de Corea del Norte sobre la disposición de suspender su programa de armas nucleares. Esto no tiene nada que ver con los crímenes y chantajes de Bush, que ahora se jacta de la declaración coreana como éxito de su política de genocidio. El gesto de Corea del Norte no era para el gobierno de Estados Unidos, ante el cual no cedió nunca, sino para China, país vecino y amigo, cuya seguridad y desarrollo es vital para los dos Estados.
A los países del Tercer Mundo les interesa la amistad y cooperación entre China y ambas partes de Corea, cuya unión no tiene que ser necesariamente una a costa de la otra, como ocurrió en Alemania, hoy aliada de Estados Unidos en la OTAN. Paso a paso, sin prisa pero sin tregua, como corresponde a su cultura y a su historia, seguirán tejiéndose los lazos que unirán a las dos Coreas. Con la del Sur desarrollamos progresivamente nuestros vínculos; con la del Norte han existido siempre y continuaremos fortaleciéndolos.
Fidel Castro Ruz
Julio 24 de 2008
6 y 18 p.m.
18 de agosto de 2010
China ya es la segunda economía mundial
La República
Lo que venía anunciándose, por demografía, planificación y capacidad productiva, ha terminado por confirmarse. El Producto Interior Bruto (PIB) de China superó al de Japón en términos nominales, en el trimestre de abril-junio, indicó hoy mismo el Gobierno nipón.
Según informaron a Efe fuentes del Ejecutivo nipón, el valor del PIB japonés en el segundo trimestre fue de 1,288 billones de dólares frente a los 1,33 billones de dólares de China, que podría convertirse este año en segunda economía mundial por delante de Japón.
Hoy, el Gobierno nipón anunció que el PIB japonés entre abril y junio avanzó un 0,4 por ciento a ritmo anual y un 0,1 por ciento respecto al trimestre precedente, muy por debajo del período enero-marzo (4,4 y un 1,1 por ciento, respectivamente).
Los analistas esperaban que el crecimiento de Japón entre abril y junio fuese de un 2,3 por ciento a ritmo anual y del 0,6 por ciento respecto al trimestre precedente, según una encuesta de la agencia local Kyodo.
En términos nominales, el PIB retrocedió entre abril y junio un 0,9 respecto al trimestre inmediatamente precedente.
El Producto Interior Bruto nominal de un país es el valor de todos los bienes y servicios producidos sin tener en cuenta la variación en los precios. Un portavoz del Gobierno nipón indicó hoy que estos datos, por debajo de las previsiones de los analistas, muestran que la economía japonesa se está estabilizando tras crecer un 4,4 por ciento entre enero y abril.
Si se cumplen las previsiones de los analistas, China se haría con el título de segunda economía mundial al cierre del año corriente de 2010, en el que espera crecer en torno al 9 por ciento.
Los cálculos del Banco de Japón (BOJ) indican que la economía nipona crecerá un 2,6 por ciento en el año fiscal 2010, que concluirá en marzo próximo. Anteriormente, China ya superó en valor al PIB japonés en el último trimestre del año 2008 y en el mismo período del año 2009, aunque en la primera mitad de 2010 Japón se situó por delante, según el Ejecutivo nipón.
El pasado año, además, Japón se mantuvo como segunda economía mundial, pese a sufrir desde 2008 la peor crisis económica de posguerra.
Hace una década, China era la séptima economía mundial, pero el gran desarrollo del país asiático ha permitido que desde 2001 haya crecido un 261 por ciento acumulado, mientras Japón avanzado apenas un cinco por ciento, según datos del Banco Mundial (BM).
http://www.larepublica.es/spip.php?article20960
Catástrofe demográfica en Rusia
Información extraída del blog Civilización Socialista
www.civilizaciónsocialista.blogspot.com
15 de agosto de 2010
Las dos coreas (I)
La nación coreana, con su peculiar cultura que la diferencia de sus vecinos chinos y japoneses, existe desde hace tres mil años. Son características típicas de las sociedades de esa región asiática, incluidas la china, la vietnamita y otras. Nada parecido se observa en las culturas occidentales, algunas con menos de 250 años.
Los japoneses habían arrebatado a China en la guerra de 1894 el control que ejercía sobre la dinastía coreana y convirtieron su territorio en una colonia de Japón. Por acuerdo entre Estados Unidos y las autoridades coreanas, el protestantismo fue introducido en ese país en el año 1892. Por otro lado, el catolicismo había penetrado igualmente en ese siglo a través de las misiones. Se calcula que actualmente en Corea del Sur alrededor del 25 por ciento de la población es cristiana y una cifra similar es budista. La filosofía de Confucio ejerció gran influencia en el espíritu de los coreanos, que no se caracterizan por las prácticas fanáticas de la religión.
Dos importantes figuras ocuparon los primeros planos de la vida política de esa nación en el siglo XX. Syngman Rhee, que nace en marzo de 1875, y Kim Il Sung 37 años después, en abril de 1912. Ambas personalidades, de distinto origen social, se enfrentaron a partir de circunstancias históricas ajenas a ellos.
Los cristianos se oponían al sistema colonial japonés, entre ellos Syngman Rhee, que era practicante activo del protestantismo. Corea cambió de status: Japón anexó su territorio en 1910. Años más tarde, en 1919, Rhee fue nombrado Presidente del Gobierno Provisional en el exilio, con sede en Shanghai, China. Nunca empleó las armas contra los invasores. La Liga de las Naciones, en Ginebra, no le prestó atención.
El imperio japonés fue brutalmente represivo con la población de Corea. Los patriotas resistieron con las armas la política colonialista de Japón y lograron liberar una pequeña zona en los terrenos montañosos del Norte, durante los últimos años de la década de 1890.
Kim Il Sung, nacido en las proximidades de Pyongyang, a los 18 años se incorporó a las guerrillas comunistas coreanas que luchaban contra los japoneses. En su activa vida revolucionaria alcanzó la jefatura política y militar de los combatientes antijaponeses del Norte de Corea, cuando sólo tenía 33 años de edad.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos decidió el destino de Corea en la posguerra. Entró en la contienda cuando fue atacado por una criatura suya, el Imperio del Sol Naciente, cuyas herméticas puertas feudales abrió el Comodoro Perry en la primera mitad del siglo XIX apuntando con sus cañones al extraño país asiático que se negaba a comerciar con Norteamérica.
El aventajado discípulo se convirtió más tarde en un poderoso rival, como ya expliqué en otra ocasión. Japón golpeó sucesivamente décadas más tarde a China y Rusia, apoderándose adicionalmente de Corea. No obstante fue astuto aliado de los vencedores en la Primera Guerra Mundial a costa de China. Acumuló fuerzas y, convertido en una versión asiática del nazifascismo, intentó ocupar el territorio de China en 1937 y atacó a Estados Unidos en diciembre de 1941; llevó la guerra al Sudeste Asiático y a Oceanía.
Los dominios coloniales de Gran Bretaña, Francia, Holanda y Portugal en la región estaban condenados a desaparecer y Estados Unidos surgía como la potencia más poderosa del planeta, resistida sólo por la Unión Soviética, entonces destruida por la Segunda Guerra Mundial y las cuantiosas pérdidas materiales y humanas que le ocasionó el ataque nazi. La Revolución china estaba por concluir en 1945 cuando la matanza mundial cesó. El combate unitario antijaponés ocupaba entonces sus energías. Mao, Ho Chi Minh, Gandhi, Sukarno y otros líderes prosiguieron después su lucha contra la restauración del viejo orden mundial que era ya insostenible.
Truman lanzó contra dos ciudades civiles japonesas la bomba atómica, arma nueva terriblemente destructiva de cuya existencia, como se ha explicado, no había informado al aliado soviético, el país que más contribuyó a la destrucción del fascismo. Nada justificaba el genocidio cometido, ni siquiera el hecho de que la tenaz resistencia japonesa había costado la vida a casi 15 mil soldados norteamericanos en la isla japonesa de Okinawa. Ya Japón estaba derrotado y tal arma, lanzada contra un objetivo militar, habría tenido más tarde o más temprano el mismo efecto desmoralizador en el militarismo japonés sin nuevas bajas para los soldados de Estados Unidos. Fue un acto incalificable de terror.
Los soldados soviéticos avanzaban sobre Manchuria y el Norte de Corea, tal como lo habían prometido al cesar los combates en Europa. Los aliados habían definido previamente hasta qué punto llegaría cada fuerza. En la mitad de Corea estaría la línea divisoria, equidistante entre el río Yalu y el Sur de la península. El gobierno norteamericano negoció con los japoneses las normas que regirían la rendición de las tropas en su propio territorio. Japón sería ocupado por Estados Unidos. En Corea, anexada a Japón, permanecía una gran fuerza del poderoso ejército japonés. En el Sur del Paralelo 38, límite divisorio establecido, prevalecerían los intereses de Estados Unidos. Syngman Rhee, reincorporado a esa parte del territorio por el gobierno de Estados Unidos, fue el líder al que apoyó, con la cooperación abierta de los japoneses. Ganó así las reñidas elecciones de 1948. Los soldados del Ejército Soviético se habían retirado de Corea del Norte ese año.
El 25 de junio de 1950 estalló la guerra en el país. Todavía se discute quién realizó el primer disparo, si los combatientes del Norte o los soldados norteamericanos que montaban guardia junto a los soldados reclutados por Rhee. La discusión carece de sentido si se analiza desde el ángulo coreano. Los combatientes de Kim Il Sung lucharon contra los japoneses por la liberación de toda Corea. Sus fuerzas avanzaron incontenibles hasta las proximidades del extremo Sur, donde los yanquis se defendían con el apoyo masivo de sus aviones de ataque. Seúl y otras ciudades habían sido ocupadas. McArthur, jefe de las fuerzas norteamericanas del Pacífico, decidió ordenar un desembarco de la infantería de Marina por Incheon, en la retaguardia de las fuerzas del Norte, que estas no podían ya contrarrestar. Pyongyang cayó en manos de las fuerzas yanquis, precedidas por devastadores ataques aéreos. Ello impulsó la idea por parte del mando militar norteamericano en el Pacífico de ocupar toda Corea, ya que el Ejército de Liberación Popular de China, dirigido por Mao Zedong, había infligido una derrota aplastante a las fuerzas proyanquis de Chiang Kai-shek, abastecidas y apoyadas por Estados Unidos. Todo el territorio continental y marítimo de ese gran país había sido recuperado, con excepción de Taipei y algunas otras pequeñas islas próximas donde se refugiaron las fuerzas del Kuomintang, transportadas por naves de la Sexta Flota.
La historia de lo ocurrido entonces se conoce hoy bien. No olvidar que Boris Yeltsin entregó a Washington, entre otras cosas, los archivos de la Unión Soviética.
¿Qué hizo Estados Unidos cuando estalló el conflicto prácticamente inevitable bajo las premisas creadas en Corea? Presentó a la parte norte de ese país como agresora. El Consejo de Seguridad de la recién creada Organización de Naciones Unidas, promovida por las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, aprobó la resolución sin que uno de los cinco miembros pudiera vetarla. En esos precisos meses la URSS se había manifestado inconforme con la exclusión de China en el Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos reconocía a Chiang Kai-shek, con menos del 0,3 por ciento del territorio nacional y menos del 2 por ciento de la población, como miembro del Consejo de Seguridad con derecho al veto. Tal arbitrariedad condujo a la ausencia del delegado ruso, a consecuencia de lo cual se produjo el acuerdo de ese Consejo dando a la guerra el carácter de una acción militar de la ONU contra el presunto agresor: la República Popular de Corea. China, ajena por completo al conflicto, que afectaba su lucha inconclusa por la liberación total del país, vio cernirse la amenaza directa contra su propio territorio, lo cual era inaceptable para su seguridad. Según datos publicados, envió al primer ministro Zhou Enlai a Moscú, para expresar a Stalin su punto de vista sobre lo inadmisible que era la presencia de fuerzas de la ONU bajo el mando de Estados Unidos en las riberas del río Yalu, que delimita la frontera de Corea con China, y solicitarle la cooperación soviética. No existían entonces contradicciones profundas entre los dos gigantes socialistas.
El contragolpe chino se afirma que estaba planeado para el 13 de octubre y Mao lo pospuso para el 19, esperando la respuesta soviética. Era el máximo que podía dilatarlo.
Pienso concluir esta reflexión el próximo viernes. Es un tema complejo y trabajoso, que demanda especial cuidado y datos tan precisos como sea posible. Son hechos históricos que deben conocerse y recordarse.
Fidel Castro Ruz
Julio 22 de 2008
9 y 22 p.m.
5 de agosto de 2010
Exposición en Ucrania sobre el estajanovismo
www.civilizacionsocialista.blogspot.com
2 de agosto de 2010
Noticias censuradas sobre Corea del Norte
Estados Unidos y Corea del Sur concluyeron el 28 de julio cuatro días de nuevos ejercicios militares navales para amenazar, amedrentar y provocar a Corea del Norte (RPDC), que el día anterior (27 de julio) celebró el 57 aniversario del triunfo en la guerra contra EEUU y sus aliados (1950-1953), tras el armisticio de Panmunjom.
En las nuevas maniobras participaron el portaaviones "George Washington", 20 buques de guerra, 200 aviones y 8.000 efectivos. Y anuncian nuevos ejercicios para septiembre de 2010. Pero la humanidad todavía no conoce la verdad sobre el hundimiento del buque Cheonan, de Corea del Sur, acaecido durante los ejercicios militares de marzo de 2010.
La prensa ocultó que en la noche del 26 de marzo de 2010 el Cheonan se hundió en el clímax de unos ejercicios conjuntos de EEUU y Corea del Sur, denominados Foal Tagle, efectuados a escasos kilómetros de las costas norcoreanas. Analistas y periodistas independientes de Corea del Sur, Japón y EEUU sospechan que en el incidente también se hundió un submarino nuclear de EEUU, al parecer en un gran episodio de “fuego amigo” mantenido en secreto. La equivocación resulta terrorífica porque involucró naves dotadas de armas nucleares y pudo desatar una guerra atómica.
La historia oficial que transmitieron los medios pro estadounidenses, influidos perpetuamente por los propósitos bélicos del complejo militar-industrial que controla al Pentágono, relató que el Cheonan fue hundido por un torpedo norcoreano. Si fuera cierto, se trataría de un rudimentario y antiguo proyectil disparado por una vieja nave proporcionado en su momento a la RPDC por la fenecida Unión Soviética. Estos artefactos son tan lentos y ruidosos que para advertirlos no se requieren los equipos sofisticados equipos de sonar y radar que poseía el navío hundido.
Según esta ficción, la nave atacante realizó la increíble hazaña de partir en dos y hundir al sofisticado buque de Corea del Sur, dotado de instrumentos de detección de última generación. Los supuestos atacantes norcoreanos pudieron, además, escapar incólumes en la oscuridad de la noche. La moderna flota conjunta de EEUU y Corea del Sur estaba ejercitándose allí mismo, pero no hizo absolutamente nada para castigar a los pérfidos coreanos del Norte.
El episodio se parece demasiado al incidente de la Bahía de Tonkín, el ficticio ataque a dos naves de EEUU –en agosto de 1964–, que después se comprobó que jamás existió, pero su difusión mediática enardeció al Congreso y a la gran prensa de EEUU. En definitiva, el incidente inventado le permitió a Lyndon Johnson ordenar la guerra aérea sobre Vietnam del Norte. El Incidente Cheonan también evoca el más reciente episodio de las inexistentes armas de destrucción masiva que sirvieron a EEUU como justificación para invadir y destruir a Iraq. En estos días existe otra amenaza de guerra, esta vez en América Latina, alentada por la “presencia” de campamentos guerrilleros colombianos en territorio de Venezuela, “denunciada” por el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, con el respaldo de EEUU, que el año pasado comenzó a instalar hasta 7 bases militares en territorio colombiano.
La prensa independiente de EEUU sacó a la luz que el Cheonan pudo ser hundido por el fuego amigo estadounidense durante los sigilosos ejercicios navales realizados a escasa distancia de las costas de Corea del Norte. Bajo el título “Desestabilización en la Península de Corea: una nueva etapa en la guerra EEUU/Corea” (Destabilization of the Korean Peninsula: A New Stage in the US-Korean War) el periódico electrónico GlobalResearch reprodujo un artículo del periodista japonés Tanaka Sakai*, publicado en The Asia-Pacific Journal, el 24 de mayo de 2010, que cuestiona la versión oficial sobre el hundimiento del Cheonan.
*Ernesto Carmona es periodista y escritor chileno
*Tanaka Sakai anima el periódico on line Tanaka News (www.tanakanews.com), un servicio de noticias en lengua japonesa sobre su país y el mundo. Su último libro puede verse (en japonés) en http://www.fuun-sha.co.jp/book/57tanakasakai.html